Manuel Barrios: «Algunos países de la UE tienden a imponer una antropología» a otros
El Papa Francisco ha insistido «mucho en que la UE tiene que respetar las culturas de los distintos países que la constituyen», afirma el secretario general de COMECE tras su encuentro con el Santo Padre
«El Papa Francisco está muy preocupado y triste por cómo se está llevando la guerra de Ucrania», asegura a Alfa y Omega Manuel Barrios, secretario general de la Comisión de Conferencias Episcopales de la UE (COMECE). En la reunión que mantuvo el Comité Permanente de la entidad con el Santo Padre, el 12 de diciembre, Ucrania fue «el tema fundamental». «Es un conflicto en el que hay mucha violencia, a veces violencia gratuita», desarrolla Barrios.
El encuentro es una cita anual que la cúpula de COMECE mantiene con el Pontífice y la Secretaría de Estado en Roma. Este año además tenía un matiz especial, pues era la reunión de despedida y balance de los responsables de la entidad, que renovará su presidencia en marzo.
En las orientaciones del Santo Padre, no faltaron ideas sobre «lo que podemos hacer junto con las instituciones europeas para parar esta guerra». Es «fundamental», les indicó, «abrir vías de diálogo» con «mentalidad abierta» y no «dejarse llevar por narrativas contrapuestas». Eso sí, debe ser «un diálogo que busque una paz justa».
Respeto a los países del Este
También estuvo sobre la mesa «la misma naturaleza de la Unión Europea. El Papa insistía mucho en que tiene que respetar las culturas de los distintos países que la constituyen». Desde el principio, «una de las ideas fundamentales de los padres fundadores» es que la Unión estuviera basada en la «unidad en la diversidad».
De forma contraria a esta identidad fundacional, «a veces notamos que desde algunos países se tiende a imponer una cierta forma de pensar y una cierta antropología» a otros Estados miembro. Pero la Unión deber ser reflejo de una Europa que, como decía san Juan Pablo II, «respire con sus dos pulmones», Oriente y Occidente. «Me quedé muy sorprendido de la claridad con la que el Papa nos daba estas orientaciones, que son fundamentales», también frente al creciente secularismo. Son unas «líneas de trabajo generales pero importantes».
Además de lo relacionado con las instituciones europeas, se tomó el pulso a la realidad de COMECE. No se trata solo de la renovación del Comité Permanente. En la reunión estaba también Noël Treanor, hasta ahora vicepresidente de la comisión y obispo de Down y Connor, en Irlanda del Norte. A finales de noviembre, Francisco lo nombró nuevo nuncio ante la UE, cuyas instituciones conoce bien como ex secretario general (1993-2008) y desde entonces vicepresidente de COMECE. «Fue un momento para congratularnos» por su cambio de destino.
Con más de un año de retraso, por fin se ha cumplido la promesa que el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinás, hizo a COMECE cuando participó en su asamblea plenaria de marzo de 2021. En aquella ocasión, Schinás «nos dijo que se iba a nombrar muy pronto» un nuevo enviado especial para la Libertad Religiosa y de Creencia, recuerda Manuel Barrios, secretario general de la entidad. El cargo lleva vacante de forma casi continua desde 2019, cuando terminó el mandato del primero en ostentarlo, el eslovaco Ján Figel.
En mayo de 2021 se nombró al chipriota Christos Stylianides, pero ese mismo agosto renunció al ser nombrado ministro en el Gobierno griego. El 7 de diciembre por fin se anunció que lo sustituiría el diplomático belga Frans van Daele. Su nombramiento se abordó en la reunión entre el Comité Permanente de COMECE y el cardenal Pietro Parolin y Paul Richard Gallagher, de la Secretaría de Estado. «Tenemos buenas referencias de él, aunque no es una persona que haya trabajado el tema de la defensa de las minorías, como otros candidatos que se habían propuesto», apunta Barrios. Con todo, «pensamos y esperamos que cumpla bien esta importante responsabilidad».
En contraste con los largos plazos para cubrirla, la posición de enviado especial para la Libertad Religiosa y de Conciencia «es muy importante para la Iglesia, porque es una persona que defiende la libertad religiosa fuera de Europa», en muchas regiones «donde los cristianos y otras minorías son perseguidos». Después de insistir mucho en que se nombrara con la mayor celeridad posible, ahora queda por cumplir la otra reivindicación de COMECE a este respecto: que el nuevo enviado especial «tenga los recursos necesarios, que Figel no tenía». De hecho, muchas veces «se pagaba él sus propios viajes».