El Papa condena y lamenta la violencia contra las mujeres
Se ha reunido con representantes de la policía nacional italiana a los que ha agradecido su acompañamiento y atención hacia las mujeres víctimas de «esta plaga social»
Francisco ha recibido en audiencia a los miembros de la Dirección Central Anticriminal de la Policía de Estado Italiana, un cuerpo en el que se integra la unidad de atención a víctimas de violencia de género. Precisamente el Papa ha comenzado su discurso recordando que este viernes se celebró la Jornada Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, conmemoración a la que se unió con este mensaje en Twitter: «Ejercer violencia contra una mujer o explotarla no es un simple delito, es un crimen que destruye la armonía, la poesía y la belleza que Dios quiso dar al mundo».
El Santo Padre ha definido este tipo de violencia contra mujeres y niñas como «una plaga social vinculada a ciertas actitudes culturales, a una mentalidad y a prejuicios profundos». El Papa ha propuesto la prevención y la educación como dos diques de contención contra este tipo de violencia y hacer que la dignidad de la persona esté en el centro. De ahí su crítica a los medios de comunicación por difundir una imagen distorsionada de las relaciones humanas basada «en una cultura hedonista y consumista donde los modelos masculinos y femeninos obedecen solo al criterio del éxito, la autoafirmación, la competición y el poder de atraer al otro y dominarlo». «No podemos de forma hipócrita rasgarnos las vestiduras cuando conocemos ciertos sucesos», ha sentenciado.
Las mujeres maltratadas han de ser «puestas a salvo»
También ha lamentado el trato institucional que, en ocasiones, reciben las mujeres víctimas de violencia. Ha recordado que, a la violencia vivida, se une la falta de justicia tras haber denunciado o los largos tiempos de espera. Por eso, ha solicitado que se mejore esta atención, eso sí, «sin caer en el justicialismo»: «El Estado tiene que garantizar que el caso sea acompañado y que la víctima pueda obtener justicia cuando antes. También es necesario que las mujeres sean puestas a salvo, es decir, hace falta que estén protegidas de las amenazas y el acoso que, por desgracia, es frecuente tras una eventual pena».
El Pontífice ha dado las gracias a estos profesionales de la policía por su trabajo en favor de las mujeres «como punto de referencia institucional para combatir esta dolorosa realidad». Ha agradecido su labor especialmente a las mujeres que integran estas unidades, «mujeres que ayudan a mujeres», por soportar el peso de estas situaciones. Ha alabado su preparación psicológica y hasta espiritual, «porque solo a nivel profundo se puede encontrar y conservar una serenidad y una calma que permitan transmitir la confianza a quien ha sido víctima de una brutal violencia», ha concluido Francisco.