Siete de cada diez jóvenes prefieren la pastoral presencial
El Observatorio Blanquerna analiza cientos de iniciativas para jóvenes en la Iglesia en España para identificar las que más cuadran con sus necesidades. Sobre todo, piden escucha y ser protagonistas
«Los jóvenes no quieren solo estar en Misa y cantar canciones bonitas. Quieren ser escuchados para tomar decisiones y ser protagonistas de la Iglesia. No son un gueto, sino una fuerza espiritual muy viva y con mucha riqueza», afirma Míriam Díez Bosch, directora del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura, que acaba de presentar el Mapa de necesidades, recursos existentes y buenas prácticas en pastoral para la formación de los jóvenes en España y Portugal. El informe, encargado por la consultora Porticus Iberia, ha rastreado 380 portales web de instituciones de pastoral juvenil de España y ha realizado una treintena de entrevistas a jóvenes y líderes de pastoral juvenil. De este modo ha identificado las mejores iniciativas en este campo.
Contrariamente a lo que pudiera parecer, los jóvenes prefieren el contacto personal a la relación digital. «Ellos quieren abrazos y cariño», confirma Díez Bosch. Así, el 69,6 % muestra su preferencia por iniciativas en formato presencial; de hecho, el 82,5 % de las 633 que han estudiado los investigadores realiza labores de acompañamiento, sobre todo en parroquias (65 %).
«Estamos ante una enorme oportunidad para la vida parroquial —afirma la directora de Blanquerna—, pero los jóvenes quieren sus condiciones. Es verdad que se pueden apuntar a iniciativas más clásicas, pero son muy creativos cuando les dejas que se organicen ellos».
Así se descubre un interés «que va más allá de la sola formación intelectual: adoración, momentos de silencio, aportaciones de otras confesiones cristianas, espiritualidad oriental, el mundo de los iconos, la oración del nombre de Jesús… Son cosas que les atraen y en las que quieren meterse, y hay que tenerlas en cuenta».
Se acabó entonces el café para todos: «No podemos organizar algo y quedarnos esperando a que vengan, porque no van a venir. Hay que ir a buscarlos con sus intereses, sin asustarlos, y darles propuestas muy personales, individualizadas». Todo esto es «más costoso», reconoce Díez Bosch, y propone la colaboración de la comunidad: «No se puede dejar todo en manos del típico cura joven y simpático, porque son pocos y se queman. Cada persona en la Iglesia es la responsable de la evangelización».
En este sentido, «faltan recursos humanos en la Iglesia», por lo que los adultos «deberían soltar más las riendas y permitir que los jóvenes se autogestionen», sugiere la directora de Blanquerna. Junto a ello, las iniciativas «deben adaptarse al destinatario, y no al revés. Existe mucha riqueza en la Iglesia y hay oferta para todos».
En esta cadena de transmisión de la fe, la familia ya no ocupa el lugar que tenía antes: «Se han roto los lazos, y hoy los jóvenes a lo mejor quieren pertenecer a algo que no tiene que ser precisamente la realidad en la que han crecido, y nadie tiene por qué sentirse culpable por ello».
Comunidades que acompañan
Otro de los retos de la pastoral con los jóvenes es la conservación en la Iglesia de aquellos que se han visto atraídos por alguna iniciativa, «porque muchos pueden vivir un retiro de impacto, y, luego, ¿qué? Hay muchas iniciativas interesantes para despertar la fe, pero pocas para mantenerla, y eso hay que trabajarlo un poco más», señala la directora de Blanquerna. ¿Cómo se consigue esto? «En primer lugar, escuchándolos, porque ellos son los más interesados en decirte lo que quieren».
Según estos criterios, el informe se lanza así a identificar el top diez de las mejores prácticas en España en lo relativo a la formación en la fe, todas alineadas con los principios de la exhortación Christus vivit. Es un elenco que ha salido después de consultar a numerosos jóvenes y responsables de pastoral juvenil. Así, en primer lugar aparece Hakuna, seguido del LifeGiving Fest de Ávila, la escuela de rap de Grilex y los escape room y festivales de música y testimonios de la archidiócesis de Barcelona. Muy cerca siguen las peregrinaciones Challenges de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, el grupo Gen Verde de los Focolares o los pódcast para jóvenes de Santiago de Compostela. Cierran la lista la Escuela de Acompañamiento Espiritual de Sevilla y la serie Por muchas razones de la Asociación Católica de Propagandistas.
En todas ellas, de uno u otro modo, «se da respuesta a inquietudes muy profundas en la vida de los jóvenes», dice Míriam Díez Bosch, porque «muchos se acercan a Dios buscando una respuesta a las experiencias de dolor y de sufrimiento que llevan consigo. Necesitan saber cómo gestionarlas y en qué medida la Iglesia les puede acompañar».
Así, «ante la angustia de no saber a dónde van y qué va a ser de ellos, valoran aquellas comunidades que los acompañen. No tienen por qué ser muy grandes, no se trata de tener grandes números. Ellos demandan calidez en una relación, relaciones fuertes y duraderas en las que puedan experimentar el amor sin condiciones. Ellos no se conforman con las cosas a medias».
El pasado fin de semana tuvo lugar en Madrid el encuentro de la Juventud Estudiante Católica (JEC) por su 75 aniversario, «un momento de reconectar con centenares de personas que, en algún momento, han pasado por el movimiento», afirma Teresa Gutiérrez, su secretaria general. La JEC está trabajando junto a otras asociaciones en un documento que analiza el movimiento juvenil, estudiantil y apostólico en España. El estudio critica que en los últimos 40 años se hayan elaborado hasta seis leyes de enseñanza, lo que genera inestabilidad y un sistema educativo que aparta a los estudiantes de los temas que afectan a su día a día.