¿Nos lamentamos o nos ponemos manos a la obra? - Alfa y Omega

¿Nos lamentamos o nos ponemos manos a la obra?

Hay que transmitir la Buena Noticia a otros «con alegría» y «fidelidad creativa», sin dejarse arrastrar por «la fatiga»

Alfa y Omega

El pasado domingo, en la Misa con motivo de la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo en la catedral de Asti (Italia), el Papa Francisco se detuvo en «la paradoja de la cruz»: en la imagen de un Dios que «abrazó nuestro dolor»; que «se hizo siervo para que cada uno de nosotros se sienta hijo», se dejó insultar y humillar «para que nadie se sienta despojado de la propia dignidad» y, finalmente, murió en la cruz. «Entró en la oscura inmensidad del odio, en la inmensa oscuridad del abandono, para iluminar cada vida y abrazar cada realidad», aseveró.

Ante ese Jesús clavado en la cruz —como detalló— uno puede mantener la actitud de «espectador» que tuvo el ladrón que, a su lado, lo insultaba diciendo que se salvara, o involucrarse como el buen ladrón, que le rogó: «Jesús, acuérdate de mí». Y hoy, cuando el mundo afronta grandes crisis y tantos pierden la fe, parece más urgente que nunca optar por la segunda actitud. «¿Nos limitamos a elaborar teorías, nos limitamos a criticar, o nos ponemos manos a la obra, tomamos las riendas de nuestra vida, pasamos del si de las excusas a los de la oración y del servicio? […] ¿Nos ensuciamos las manos como nuestro Dios clavado al madero o estamos con las manos en los bolsillos mirando?», interpeló el Pontífice.

En esta línea, el manifiesto final de la 24ª edición del Congreso Católicos y Vida Pública —celebrado el pasado fin de semana— recuerda la «liberación» que produce el encuentro con Cristo y que hay que transmitir esta Buena Noticia a otros «con alegría» y «fidelidad creativa», sin dejarse arrastrar por «la fatiga y los pesares». La fe, añade el texto, es «un don y una tarea que se transmite narrando nuestra propia experiencia de Dios con pasión e ilusión». Y eso ha de hacerse, por supuesto, en la familia, pero también en la escuela, a través del arte y la cultura, o a la hora de tomar decisiones económicas o determinar el ordenamiento jurídico… La misión comienza «aquí y ahora».

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