El sentido del trabajo está en los otros - Alfa y Omega

El sentido del trabajo está en los otros

«La persona solo crece y se sostiene dentro de una compañía». Esta es la receta de EncuentroMadrid para afrontar desafíos de la sociedad actual como el empleo y la empresa

Fran Otero
Iván Navas, el consejero delegado de Doofinder, durante su participación en EncuentroMadrid. Foto: EncuentroMadrid.

Vivir apasionadamente la realidad, como pregonó la edición 2022 de EncuentroMadrid, es posible incluso en un mundo al que todavía le duele la pandemia, que vive en crisis económica casi permanente y sufre guerras incluso en Europa. La respuesta, tras tres días de escucha y reflexión, se advierte en el comunicado final: «La persona solo crece y se sostiene dentro de una compañía que despierta sus preguntas, aviva sus deseos y le señala el rumbo en medio de las tormentas». Y esto vale para la realidad de la educación, de la acogida familiar, de los refugiados o del trabajo.

Lo vivió en sus carnes Iván Navas, cofundador y CEO de Doofinder, un buscador para comercio electrónico que utiliza la inteligencia artificial. Montó la empresa hace diez años sin más ambición que el autoempleo y ser rentable, pero ha crecido «desmesuradamente». Y lo sigue haciendo. «Convertí en realidad un sueño, pero apareció el hastío, la falta de motivación. Todo el mundo nos decía que éramos héroes y nos agradaba, pero cuando llegaba a casa me sentía inútil, inservible. ¿Qué más podía hacer?», explica en conversación con Alfa y Omega tras participar en EncuentroMadrid. «Trabajaba para mí», confiesa. El cambio comenzó a producirse cuando se preguntó por qué y para qué tenía esa empresa, por qué y para qué trabajaba. Y en esa búsqueda encontró que todo lo que había sucedido a su alrededor había ayudado a que Doofinder fuera una realidad. «No había un plan, fueron ocurriendo cosas. Entiendo la empresa como un regalo, como algo que se nos ha dado, y tenemos la responsabilidad de cuidarla. Cuando entra algún empleado nuevo y me pide un consejo le digo que ese trabajo es un regalo, que lo agradezca, lo cuide y lo disfrute», añade.

Y esta concepción provoca que uno ya no trabaje para sí mismo, sino para los demás. «Cuando trabajas para otros, cuando tu trabajo tiene sentido, no te da igual hacerlo bien o mal. Tenemos la tensión de hacerlo bien porque es para los demás. Está en nuestra mano. Incluso en un ambiente malo, podemos tomar la decisión de hacerlo bien o mal».

Todo esto hace de Doofinder una empresa diferente en el sector, donde no se deprecia el dinero, pero no prima sobre lo demás; donde se antepone la perdurabilidad de la empresa a hacerte millonario, donde el bien mayor está por encima del bien personal. Humanamente, la compañía es un lugar donde se ayuda a la gente a crecer y a realizar su trabajo, en la que un despido es un fracaso de ella, no del empleado. «A un asesor americano, un peso pesado, le pregunté por qué quería trabajar con nosotros, pues no tenía necesidad de hacerlo. Me dijo que le sorprendía cómo hacíamos las cosas. Esta empresa es una forma de testimonio», concluye.

José María Molina, socio de Monitor Deloitte, que también intervino en EncuentroMadrid, enfoca el trabajo desde el punto de vista del otro. De hecho, una de las motivaciones en las que se apoya son las personas que dependen de él o un cliente. «Es muy difícil que un trabajo te satisfaga mirando solamente hacia ti», explica en conversación con este semanario.

Cree que la desafección en torno al trabajo va ligada a una pérdida de valores y a una visión excesivamente utilitarista del mismo. Esto tiene consecuencias, en su opinión, en el compromiso del trabajador con la empresa: «Todo trabajo tiene una función social y no verla te hace sentir un mayor desapego. Reconocer el impacto ayuda a mantener la responsabilidad».

RELACIONADO