«En dos meses no se ha llenado ni medio tráiler para Ucrania»

Cada vez resulta más difícil conseguir ayuda humanitaria para Ucrania. Lo están constatando en la asociación Elvira por Ucrania, que lleva desde septiembre intentando llenar un tráiler para Odesa. Elvira es Elvira Polyenova, cantante de ópera ucraniana residente en España, designada como representante del Gobierno ucraniano para el envío de ayuda humanitaria.

Mientras que entre marzo y julio lograron realizar ocho envíos desde Madrid, Cuenca, Zaragoza, Plasencia, Cáceres o Pamplona, en los dos meses que lleva en marcha la nueva campaña «no se ha llenado ni medio tráiler», lamenta Javier Táuler, de la entidad. De hecho, a pesar de que en un primer momento la campaña iba a concluir este domingo para enviarlo «antes de que empezara a complicarse la climatología allí», se han visto obligados a «ampliarla sin fecha». «Hay muchísima menos respuesta».

Sin embargo, subraya Polyenova, en Ucrania sigue habiendo la misma necesidad que al comienzo de la guerra, o incluso más. «Mucha gente ha salido este verano del Dombás o de Jersón». Después de su anexión a Rusia, las salidas han seguido produciéndose. «Y no tienen prácticamente nada, ni comida ni ropa», ahora que se acerca el invierno. Por eso, decidieron hacer llegar este nuevo envío sobre todo a Odesa y Mikoláiv, cercanas a Jersón. Y, si hubiera suficiente, a Obujov, a 30 kilómetros de Kiev.

Una ciudad «desbordada»

Pero Odesa es la prioridad. Esta ciudad, la tercera del país, «está desbordada» de desplazados internos, apunta Táuler. Uno de los grupos que más ayuda necesitan son las familias numerosas. Los productos que recoja Elvira por Ucrania los va a distribuir, como en envíos anteriores, la organización DIA. «Son muy serios y vemos que han hecho un trabajo maravilloso», explica Polyenova.

Al frente de la entidad está Natalia Delieva, que fue directora del grupo cómico Masky Show y candidata a la alcaldía. «Colabora con mucha gente, tiene una asociación de mujeres y también trabaja con personas jubiladas. Tiene contactos en toda la ciudad, y mucha gente solo quiere recibir ayuda humanitaria de ella porque durante un tiempo los rusos mandaron conservas» tóxicas.

Para terminar de llenar el tráiler, necesitan alimentos no perecederos y agua, productos de higiene y de higiene femenina y pañales para niños y adultos. También mantas, toallas, ropa de cama, ropa normal y de abrigo —incluida ropa interior térmica—, almohadas, colchones, calzado, sacos de dormir, esterillas y medicinas.

Colegios, empresas y particulares

Después de una campaña de envío masivo de correos electrónicos a colegios y empresas —«las parroquias suelen tener su cauce habitual de envío de ayuda a través de Cáritas», apunta Táuler—, ahora están haciendo llamadas personalizadas a empresas de los sectores que les interesan. Asimismo, están abiertos a la ayuda de particulares.

Desde la entidad reconocen que algunas compañías pueden tener sus propias canales para enviar ayuda. Aunque resaltan que, al ser Polyenova representante del Gobierno ucraniano para el envío de ayuda humanitaria, colaborar con ellos garantiza que la ayuda pueda entrar en el país y llegar directamente a su destino.

Por otro lado, Táuler cree que en muchas entidades y en la sociedad en su conjunto «ya no se ve tan necesario enviar ayuda». La realidad es que en Ucrania la gente «está muy desmoralizada porque ve que llega tan poco». Un poco que además, a veces, desaparece bajo los bombardeos rusos. Un tercer factor en el descenso de la generosidad son «las previsiones de recesión económica» en España, que hacen a la gente más reticente a hacer aportaciones.