Creyentes contra la lógica de la guerra

En el XXXVI Encuentro Internacional de Diálogo y Oración por la Paz, que se celebró en Roma del 23 al 25 de octubre, se oyó alto y claro El grito de la paz al que aludía el lema. En palabras del fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, Andrea Riccardi, ahora que ha muerto la generación que sufrió la II Guerra Mundial y el Holocausto, muchas personas parecen haber asumido que la guerra es «una compañera natural de la historia» y se han rendido a su «lógica». Pero, precisamente porque hay conflictos abiertos en Ucrania y en tantos lugares del mundo, hay que seguir soñando con la paz, con la reconciliación y la buena convivencia. Toca trabajar por ella con mayor fuerza e ingenio.

Las distintas religiones —ampliamente representadas en el encuentro— tienen un papel clave en esta construcción de la paz, como reconoció hasta el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Su implicación nace de la oración, a la que volvió a aludir el Papa Francisco en el ángelus del pasado domingo, y de entender que, si hay un Padre, los hombres son hijos y hermanos entre ellos. En nombre de Dios no cabe el odio ni se pueden justificar la guerra o la violencia, sino que hay que alzar la voz por la fraternidad.