Los prelados italianos piden a Meloni gobernar para todos, «empezando por los más débiles»
La creciente pobreza, el desempleo, las brechas entre territorios, la crisis energética y la acogida de los inmigrantes son algunas de las prioridades que marca el presidente de los obispos italianos a la vencedora de las elecciones
Mientras Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, intenta sacar adelante las negociaciones para formar gobierno, los obispos le han pedido que ejerza su mandato «como una alta responsabilidad». El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, cardenal Matteo Zuppi, ha hecho pública una declaración dirigida a todos los cargos electos. En ella, les pide ponerse «al servicio de todos, empezando por los más débiles y menos protegidos».
Les será necesario para afrontar la «abundante» lista de problemas a los que se enfrenta el país transalpino. En ella figura la pobreza «en constante y preocupante aumento», junto con «la defensa del empleo, especialmente para los jóvenes», así como las «brechas entre territorios» y el invierno demográfico. Entre otros retos, señala además «la protección de los mayores», la transición ecológica y la crisis energética, y «la acogida, protección, promoción e integración de los migrantes».
La Iglesia, afirma Zuppi, «seguirá señalando, con severidad si es necesario, el bien común y no el interés personal, la defensa de los derechos inviolables de la persona y de la comunidad». Y, respetando la democracia y la distinción de roles, seguirá contribuyendo a promover «una sociedad más junta e incluyente».
Apoyo a Ucrania
Por otro lado, «la guerra en curso y sus graves consecuencias exigen un compromiso de todos y en plena sintonía con Europa». La posición sobre Ucrania de la coalición de derechas con la que Meloni ha obtenido la victoria electoral ha sido motivo de incertidumbre.
El líder de la Liga, Matteo Salvini, no ha escondido en el pasado elogios al presidente ruso, Vladimir Putin, y ha criticado las sanciones contra este país tras la invasión. Sin embargo Meloni siepre ha garantizado su apoyo a Ucrania. El martes se dirigió a través de Twitter al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para asegurarle que «puede contar con nuestro leal apoyo a la causa de la libertad del pueblo ucraniano».
La abstención preocupa
La declaración del presidente del episcopado también apunta «con preocupación» al «creciente abstencionismo que ha caracterizado esta vuelta electoral, alcanzando niveles nunca vistos en el pasado»: un 37 % en general y más del 50 % entre los jóvenes. «Es el síntoma de un malestar que no se puede archivar de forma superficial; por el contrario, debe ser escuchado».
Por ello, el episcopado renueva «con mayor convicción la invitación a “ser protagonistas del futuro”», como ya hacían en su llamamiento en vísperas de las elecciones. «Italia necesita el compromiso, la responsabilidad y la participación de todos». Y para ello «es necesario reconstruir un tejido de relaciones humanas, del que ni siquiera la política puede prescindir».
«Hacen falta muchas ideas y poca ideología». Es una de las conclusiones que el cardenal Matteo Zuppi subraya en una entrevista al periódico católico Avvenire. «Cuando los italianos eligen su futuro no es nunca un día oscuro. Es siempre el ejercicio de la democracia», apunta. Eso sí, «todos debemos hacernos la pregunta» de «qué pide esta expresión del voto».
Con un panorama político fragmentado, en que todos los partidos están en minoría, lo que puede unir a los italianos son «los desafíos». Entre ellos, los que la Iglesia ha expresado en sus pronunciamientos públicos. «Italia ha sido grande cuando no se ha pensado ella sola. Tenemos a Europa, con sus límites pero también con la extraordinaria herencia que representa». En este sentido, «necesitamos más Europa, una Europa que funcione más», por ejemplo en relación con las migraciones. «En esto no ha funcionado, ha dejado sola a Italia».
Sobre la posibilidad de que un Gobierno liderado por Meloni plantee una reforma constitucional entre otras cosas para restar peso a las normas llegadas de la Unión Europea, el presidente del episcopado recuerda que «hay mecanismos para cambiar la letra de la Constitución. Pero lo que no debemos cambiar es el espíritu y la visión de animaron a los padres constituyentes». Se trata de «un espíritu alto de gran idealismo y convergencia común, nacido de la experiencia de la falta de libertad del fascismo y de los años terribles de la guerra».