La historia real de Mo Farah, el oro olímpico que fue esclavo en Reino Unido
El atleta, que nació en Somalia, fue introducido en el país de forma ilegal y con un nombre diferente al suyo. El verdadero es Hussein Abdi Kahin
Los amantes del atletismo saben quién es Mo Farah, una estrella de las carreras de fondo. Un Messi o Cristiano Ronaldo en el fútbol. Pasó a la historia por conseguir las medallas de oro en 5.000 y 10.000 metros en los Juegos de Londres 2012 y Río de Janeiro en 2016 para Reino Unido. Ha sido también campeón del mundo y de Europa en varias ocasiones. Pero Mo Farah no es Mo Farah, sino Hussein Abdi Kahin y su historia no es la de un refugiado somalí en Reino Unido, sino la de una víctima de trata para la explotación laboral en el ámbito doméstico, de esclavitud.
Ha sido el propio atleta quien lo ha desvelado casi 30 años después de su entrada en el país y de una carrera exitosa en un documental, The real Mo Farah, que se estrena este miércoles en la BBC: «Mi nombre es Hussein Abdi Kahin y me trajeron de forma ilegal al Reino Unido. Nací en Somalilandia [norte de Somalia]».
Había llegado desde Yibuti, a donde su madre lo había enviado para vivir con su tío después de que su padre fuese asesinado durante la guerra civil somalí. Lo hizo con una mujer y sus dos hijos y un nuevo nombre —que, en realidad, era el de otro niño— y para convertirse en un esclavo en su nuevo país de residencia. «Cuidaba a los niños, les preparaba la comida, limpiaba la casa», cuenta en el documental.
Fue en la escuela en la que entró con 12 años —había llegado con 9— cuando le contó lo que le estaba sucediendo a Alan Watkinson, su profesor de educación física y figura imprescindible para convertirse en la estrella del atletismo que fue. Salió de la casa para vivir con la hermana del marido de la mujer que lo había traído a Reino Unido, una familia somalí donde fue muy bien acogido.
Fue a partir de entonces cuando la vida le comenzó a sonreír y en el año 2000 —el 25 de julio— consiguió la nacionalidad británica para participar en competiciones internacionales. Luego llegaron los éxitos en campeonatos de Europa y del mundo y los oros olímpicos en Londres, su casa, y, cuatro años después, en Río de Janeiro.
«Necesitaba contarlo»
«Necesitaba contarlo y saber la verdad de por qué llegué aquí», asegura Mo Farah, que mantendrá el nombre por el que todos le conocen. Una decisión que ha tomado a pesar de que hay una pequeña posibilidad de que le sea retirada la nacionalidad, tal y como explica un abogado durante la cinta. Aunque ha conseguido responder casi todas las preguntas, volver a su poblado natal o conocer al verdadero Mo Farah, no sabe quién fue el responsable de convertirlo en un esclavo. De hecho, le perturba la idea de que alguien de su familia ha estado implicado.
La relevancia de esta confesión no tiene que ver solo con el personaje público —reconocido con el título de Sir por la reina de Inglaterra—, sino también por la política migratoria en el país. Está muy presente el acuerdo con Ruanda para devolver a este país a migrantes irregulares y solicitantes de asilo de cualquier país africano —una medida muy criticada por las Iglesias católica y anglicana— o el aumento de llegadas desde Francia a través del Canal de la Mancha.