«No podremos agradecerle nunca su preocupación por África»
Francisco ha presidido la Misa en rito congoleño en la basílica de San Pedro. Este domingo la habría presidido en Kinshasa de no haber tenido que suspender su viaje
Y Kinshasa llegó a Roma. Lo dijo el Papa en su audiencia a los padres blancos el pasado 13 de junio y lo ha cumplido. Este domingo estaba previsto que Francisco presidiera la Eucaristía en la capital de la República Democrática del Congo. No ha podido ser, pero prometió que este domingo 3 de julio habría celebración con la comunidad congoleña, aunque fuera en la Ciudad Eterna. La basílica de San Pedro se ha llenado de la música y los elementos propios del rito congoleño, el único ejemplo de inculturación litúrgica aprobado tras el Concilio Vaticano II. El Santo Padre ha presidido la Misa, si bien durante la liturgia ha estado sentado, ayudado por sus concelebrantes, entre ellos, el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Gallagher.
Es la segunda vez que Francisco celebra una ceremonia similar en la basílica de San Pedro. En diciembre de 2019 también presidió una Misa en rito congoleño con motivo del 25 aniversario de la Capellanía Congoleña en Roma.
Esta vez la ceremonia se ha celebrado en el Altar de la Cátedra, donde los asistentes no han dejado de ondear banderas de República Democrática del Congo y algunas de Congo Brazzaville. Las mujeres lucían unos trajes especialmente coloridos y la felicidad podía apreciarse en los rostros de todos los asistentes por este gesto de Francisco. Este mismo sábado el Papa expresaba una vez más su pesar por haber tenido que retrasar esta gira por África que, además de República Democrática del Congo, incluía Sudán del Sur.
El Santo Padre ha pronunciado una homilía en la que ha invocado la paz y la reconciliación para RDC: «Hoy, queridos hermanos y hermanas, recemos por la paz y la reconciliación en vuestra patria, en la República Democrática del Congo, tan herida y explotada». Por ello, ha encomendado especialmente a los cristianos la tarea de ser sembradores de paz en su tierra: «Recemos para que los cristianos sean testigos de la paz, capaces de superar el sentimiento de hastío, el sentimiento de venganza, superar la tentación de que la reconciliación no es posible, superar el apego malsano al propio grupo que nos lleva a despreciar a los otros». Porque «quien fomenta el rencor, incita al odio y pasa por encima de los demás, no trabaja para Jesús, no trae la paz». Para llevar la paz, ha dicho Francisco, la paz tiene que empezar en el propio corazón y allí «desactivar la avaricia, apagar el odio y el rencor, huir de la corrupción, huir de los líos y los apaños; así comienza la paz».
Durante la celebración en San Pedro se han empleado las cuatro lenguas oficiales del país: lingala, suajili, chiluba, kikongo y francés.
A la ceremonia presidida por el Papa en Roma se han sumado con celebraciones todas las diócesis de República Democrática del Congo. El cardenal Pietro Parolin ha presidido la Misa dominical a la misma hora en Kinshasa.
Al concluir la celebración, la hermana Rita Mboshu Kongo, en representación de la comunidad congoleña en Roma, ha expresado su agradecimiento al Papa por convocarlos en esta celebración en San Pedro: «No podremos agradecerle nunca su preocupación por África, nuestro amado continente. Santo Padre, sabemos que usted ama a los pueblos africanos. Sepa de nuestro inmenso amor por usted».