Agradecido adiós al cardenal Glemp
Miles de fieles polacos han rendido homenaje al cardenal Jozef Glemp, fallecido el día 23 de enero, a los 83 años. Como arzobispo de Varsovia y Gniezno, el cardenal Glemp se enfrentó al reto de sustituir al cardenal Stefan Wyszynski como Primado de Polonia desde 1981 hasta 2009, y de liderar a la Iglesia en su país durante los últimos años de la dictadura comunista y en la transición hacia la democracia. En un telegrama enviado al actual arzobispo de Varsovia, cardenal Kazimierz Nycz, el Papa subrayó que «el amor de Dios y de la Iglesia, la atención a la vida y la dignidad de toda persona, hicieron de él un apóstol de la unidad contra la división, de la concordia frente al enfrentamiento, de la construcción común de un futuro feliz». Benedicto XVI subrayó también su «gran prudencia» y su «constante comunión y vínculo espiritual» con el Beato Juan Pablo II. En la homilía del funeral, el actual Primado de Polonia, monseñor Jozef Kowalczyk, recordó cómo el cardenal Glemp animó al pueblo «a cambiar el mundo con las palabras y el diálogo, no mediante la espada y las armas». Incomprendido por algunos en su día, el Primado siempre procuró que los católicos no respondieran a las provocaciones de la dictadura, como la ley marcial en 1981 o el asesinato de Jerzy Popieluszko en 1984. Hoy «podemos ver –añadió monseñor Kowalczyk– cuánto ayudaron a Polonia su sentido de la moderación y su tranquila valentía». Con todo, poco antes de morir, afirmó que nunca se había sentido tan útil como en esta última etapa, cuando, aquejado de cáncer de pulmón, oraba por su pueblo y se encomendaba a los Beatos Juan Pablo II y Popieluszko, y al cardenal Wyszynski.