La caridad por bandera
Preocupado por el aumento del desempleo y la agudización de la crisis, el Arzobispado Castrense, por iniciativa de monseñor Del Río, ha incorporado la caridad en sus filas, como algo permanente. El 14 de octubre nació oficialmente la Cáritas Castrense, y hasta hoy ha enviado ayuda a Afganistán y repartido 6.000 kilos de comida en España
Una llamada desde la base española de Herat, en Afganistán, removió la maquinaria: «Se necesita ropa infantil», pidió el capellán, consciente de la indignidad en la que viven los más pequeños de la zona. La respuesta generosa de los militares y sus familias no se hizo esperar: «La recogida superó con creces las expectativas», afirma don Francisco Bravo, delegado episcopal de Cáritas Castrense; «de hecho, todavía estamos enviando paquetes para allá, porque hay que hacerlo poco a poco, pero casi toda la ropa ha llegado ya». Éste fue uno de los primeros pasos de la recién constituida Cáritas Castrense, «una idea que tenía monseñor Juan del Río desde hace mucho tiempo y por fin se ha podido poner en práctica», reconoce don Francisco.
Su objetivo principal es constituir Cáritas en las parroquias castrenses y en las distintas unidades militares donde hay capellanías, repartidas por toda España, pero se respaldarán todas las peticiones que lleguen de sus capellanes, como en el caso de Afganistán. «Aunque tenemos proyectos propios, para gente que está pasando verdadera necesidad. Sobre todo, hay mucha gente mayor, que vive en una tremenda soledad, y estamos preparando proyectos para trabajar con ellos. Aunque también te puede venir un muchacho, con dificultades económicas, y aquí estamos, para echarle una mano», explica don Francisco.
Campaña de recogida de alimentos
El ejemplo de que Cáritas Castrense va viento en popa es la campaña navideña de recogida de alimentos que se ha realizado en diferentes unidades, gracias a la que se han repartido más de 6.000 kilogramos de comida «entre las Cáritas parroquiales que están dando de comer a gente sin recursos», explica don Francisco. Una de las unidades que más cantidad de comida recogió fue en el Cuartel General del Ejército de Tierra, donde don Jorge Lorenzo ejerce como capellán. «Fue la primera vez que se hacía algo así aquí, porque esto son oficinas, y no están acostumbrados. Recogimos mil kilos de alimentos, pero también es verdad que somos muchos», afirma el capellán.
Estos alimentos se derivaron a Santa María de la Dehesa, una de las parroquias castrenses que ya tiene implementada Cáritas como tal, y en la que, todos los primeros domingos de mes, se recogen alimentos y se distribuyen a otras parroquias que necesitan ayuda –por ejemplo, a la de San Antonio María Zacarías, que da de comer a 70 familias–.
Ahora, don Jorge no quiere perder el empuje que ha insuflado en la unidad: «Como a raíz de la operación kilo hubo personal de tropa y altos mandos que me ayudaron, estoy detrás de montar un grupo y constituirlo como Cáritas para colaborar con casos de necesidad de la unidad, o con las parroquias que lo necesiten». Su empuje materializa la petición del arzobispo castrense a sus capellanes «de sentir el apremio del momento presente y potenciar iniciativas encaminadas a paliar las dificultades en las que nos encontramos, tanto a los cercanos de nuestra Iglesia particular, como a todos aquellos que forman parte de la sociedad española».
«Por todos es conocido que numerosas familias españolas sufren la gran lacra del paro, como consecuencia de la crisis económica y moral que atravesamos. Nos sentimos unidos al dolor de nuestros conciudadanos», afirma monseñor Juan del Río, arzobispo castrense, en un Decreto recién publicado. «Somos conscientes de la generosidad y disponibilidad de los miembros de las Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», añade el arzobispo, y, como en estos tiempos «nos urge fuertemente la caridad de Cristo», monseñor del Río ha propuesto varias iniciativas «en favor de los hogares españoles que más sufren las consecuencias del desempleo».
La primera propuesta es que, el día 17 de febrero, primer domingo de Cuaresma, «tiempo de conversión a través de la oración, la penitencia y la limosna, expresemos nuestra comunión y solidaridad realizando una colecta extraordinaria en todas las parroquias castrenses, unidades y centros de nuestra Jurisdicción». La segunda es que, con motivo del primer centenario del Patronazgo de la Virgen del Pilar sobre la Guardia Civil, que se cumple el 8 de febrero, «la colecta de la Misa de clausura del Año Jubilar sea destinada a este mismo fin» y que «la medalla conmemorativa de este aniversario tenga un carácter solidario».
Cáritas Castrense será la encargada de recibir los donativos realizados, y los derivará al programa de empleo de Cáritas Española.