¿Es la pantalla nuestra aliada? - Alfa y Omega

¿Es la pantalla nuestra aliada?

Javier Alonso Sandoica

Desde que el Verbo se hiciera carne, sabemos que la forma de las cosas no es mera fachada. El cuerpo es trasunto de lo que soy, la manera física de expresarme me revela; el movimiento de mis manos, el rictus de mis labios, la forma habla siempre de manera elocuente e indivisible del fondo. Esto se entiende magníficamente desde el arte. Van Gogh quiso vestir la fuerza y la alegría, y puso el amarillo en sus cuadros. Cuando Juan de la Cruz vivió su experiencia de intimidad con Dios, pensó vestirla de la forma más adecuada para hacerla accesible, y no se le ocurrió más que usar la palabra poética. Porque las palabras sustanciales de la poesía (es terminología del santo) hacen efecto vivo en el alma, son la forma más adecuada para hablar del misterio de un Dios que apetece la compañía del hombre.

Ya empieza a haber muchos estudios sobre la forma en la que los nativos de Internet, es decir, los más jóvenes, acceden al conocimiento, y son reveladores, porque la forma-pantalla influye decisivamente en la aprehensión de los contenidos. A pesar de la milagrosa accesibilidad del medio virtual, a nuestros jóvenes se les limita la capacidad de lidiar con textos profundos e ideas complejas. Decía la semana pasada, en El País, el escritor y vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez, que «podemos ver nuestro rostro en la superficie de las aguas, pero nos vamos volviendo incapaces de advertir el universo que subyace debajo».

Sirviéndonos de nuevo de san Juan de la Cruz, la superficie del río ya no engendra el fondo de su transparencia. Se empieza a conocer que el joven que accede a la pantalla no es capaz de leer libros completos, porque el usuario sólo se centra en buscar el dato que necesita en el momento, y luego se larga. Y esto se nota por las ventas de las tabletas Kindle, que han empezado a decrecer. La Asociación de Editores ha informado de que la venta de libros electrónicos cayó en un 34 % en 2012. Que sepamos, esas tabletas habían sido diseñadas para bajar y almacenar libros, pero ahora, para su subsistencia, tienen que servir para muchas otras cosas: para el correo electrónico, para almacenar música, para fotografía y vídeos. El debate: ¿es la forma-pantalla un aliado para las nuevas generaciones, a la hora de ir a fondo, en la espesura del conocimiento?