La historia del Concilio que cambió el devenir de la Iglesia moderna
Unos días antes de que se cumplan los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II, Ediciones Encuentro publica un libro sobre la historia del último concilio ecuménico
El próximo 8 de diciembre se cumplen los cincuenta años de la clausura del Concilio Vaticano II, un don del Espíritu que ha guiado y acompañado la vida de la Iglesia y su misión en este último medio siglo.
Coincidiendo con dicho aniversario Ediciones Encuentro propone a los lectores en lengua española una obra, sintética y a la vez sólida, sobre la historia del último concilio ecuménico.
La perspectiva del volumen es claramente histórica. Ello permite al autor ofrecer los datos más significativos sin renunciar a introducir al lector en algunos debates particularmente importantes o en cuestiones de hondo calado teológico.
Tras el prefacio, en el que se declara la perspectiva fundamentalmente histórica del volumen, los primeros cuatro capítulos están dedicados a los antecedentes del Vaticano II: La herencia de Pío XII, Los movimientos eclesiales preconciliares, La idea conciliar de Juan XXIII y La preparación. En estos capítulos se describe el contexto social, político y eclesial de los años que precedieron el anuncio y la convocatoria del Concilio por parte del beato Juan XIII, así como el origen y la naturaleza de la iniciativa del Papa y las actividades de preparación del que llegaría a ser el vigésimo primer concilio ecuménico de la Iglesia.
Desde el capítulo quinto al capítulo noveno se describe el desarrollo de los cuatro períodos conciliares. La opción del autor es ofrecernos una descripción de los protagonistas (Los participantes), de los hechos fundamentales presentados cronológicamente (El desarrollo), y de los contenidos más significativos (La Iglesia ad intra, La Iglesia ad extra, y La vía del diálogo). Simplemente por ofrecer una pequeña muestra del contenido, vale la pena subrayar que el capítulo titulado La Iglesia ad extra describe los debates doctrinales más importantes durante los trabajos del Vaticano: la revelación y la teoría de las «dos fuentes» y la colegialidad episcopal. A juicio del autor «la noción de “debate” es una categoría-clave de la historiografía conciliar que nos permite entrar verdaderamente en la historia redaccional de los textos y así ver cuáles fueron las intenciones reales de sus redactores. La reconstrucción histórica del proceso de elaboración de los documentos aparece, en efecto, como la premisa indispensable para una justa interpretación de los mismos» (p. 95).
Finalmente, la última parte del volumen está dedicada a la descripción de los años inmediatamente sucesivos a la clausura del Concilio, años, como sabemos, muy complejos. Pablo VI, el príncipe reformador y La crisis del posconcilio son los dos significativos títulos de los capítulos décimo y décimo primero.
El capítulo conclusivo del volumen representa una breve síntesis sobre el debate actual en torno a la hermenéutica del Vaticano II y a su «historización».
El volumen del profesor Chenaux, ricamente documentado y lleno de información para el lector, constituye una valiosa introducción al conocimiento de la historia del Concilio Vaticano II y de los problemas implicados en su estudio y hermenéutica.