Más de medio centenar de muertos, y multitud de heridos y de víctimas, es el balance de las dramáticas inundaciones que han azotado Buenos Aires. Decenas de miles de personas han tenido que abandonar su casa. El Papa Francisco, profundamente apenado por la noticia, ha hecho llegar su aliento y su ayuda económica (50.000 dólares) a las víctimas del aluvión y ha expresado su cercanía paternal a todos los damnificados y a sus familiares, a la vez que alienta a las instituciones civiles y eclesiales a prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a cuantos han perdido sus hogares o sus bienes personales.