¿Es posible que católicos y protestantes evangelicen juntos?
La iniciativa interconfesional Juventud con una Misión (JCUM) organiza en Madrid el seminario Codo con codo, «para aprender cómo trabajar juntos» y «dar a conocer a Dios a los jóvenes»
¿Por qué molestarse en trabajar juntos?, ¿Qué funciona y qué no?, Aprender de los errores del pasado y Claves para evangelizar juntos son algunos de los temas que forman parte del seminario Codo con codo que tiene lugar este fin de semana en Madrid «para trabajar juntos de manera efectiva más allá de la brecha católico-protestante».
El seminario –que incluirá momentos de adoración e intercesión, así como trabajo en grupos pequeños para el intercambio de preguntas y respuestas– ha sido organizado por Juventud con una Misión (JCUM), una iniciativa interconfesional presente en 180 países de todo el mundo cuyo lema es Conocer a Dios y darlo a conocer.
«Conocía la Biblia, pero no a Dios»
«Si queremos evangelizar España, no lo podremos hacer sin contar con los católicos», afirma Lance McKinney, uno de los líderes del equipo nacional de JCUM, «y debemos hacerlo de modo que podamos ofrecer a los jóvenes una experiencia de Dios».
McKinney echa mano de la memoria cuando recuerda que «yo de joven conocía la Biblia perfectamente, pero reconozco que no conocía a Dios de una manera personal». Por este motivo, el objetivo de Codo con codo y de toda la labor de JCUM es «que los jóvenes experimenten no solo la religión, sino sobre todo a Dios». Para ello se valen de tres pilares: evangelización, capacitación y obras de misericordia, tres elementos que también comparten con los católicos –«de hecho, muchos jóvenes católicos están con nosotros en todo el mundo», dice McKinney–, y uno de los oradores del seminario es Rob Clarke, un católico neozelandés con más de 30 años de experiencia en evangelización.
Esta relación ecuménica centrada en la misión se ha fraguado con los años en España gracias a los contactos de JCUM con Alpha España, además de con numerosas parroquias y delegaciones diocesanas de Juventud. Y en agosto organizarán también varios talleres en la Peregrinación Europea de Jóvenes que traerá a 13.000 jóvenes a Santiago de Compostela.
«Necesitamos aprender cómo trabajar juntos. La ignorancia de ambos lados dificulta nuestra misión», advierte Lance McKinney, quien observa «en muchos curas católicos que conocemos un interés común en la evangelización, que nos hace estar en mucha sintonía. Somos familia».
Esta labor común con el objetivo de dar a conocer a Cristo en esta sociedad que no lo conoce «puede ser chocante, pero también refrescante a la vez. No se trata simplemente de debatir, sino de buscar juntos la mejor manera de dar a Dios a los demás».
En 1981, los líderes mundiales de JCUM elaboraron una Carta Magna del cristianismo, con algunos derechos básicos presentes en el Evangelio. Según su texto, todas las personas de la tierra tienen derecho a:
- Escuchar y entender el Evangelio de Jesucristo.
- Tener una Biblia disponible en su propio idioma.
- Tener una comunidad cristiana disponible y cerca para poder reunirse regularmente y tener enseñanza bíblica y alabanza con otros en el cuerpo de Cristo.
- Tener una educación cristiana disponible para sus hijos.
- Tener cubiertas las necesidades básicas de la vida: comida, agua, ropa, vivienda y cuidado médico.
- Llevar una vida productiva de plenitud tanto espiritual, mental, social, emocional y física.