La Iglesia en América prepara su futuro - Alfa y Omega

La Iglesia en América prepara su futuro

La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM), que se celebra en el santuario brasileño de Aparecida hasta el 31 de mayo, se ha convertido en un laboratorio decisivo para comprender que la Iglesia, en este tercer milenio, o es misionera o no es Iglesia

Jesús Colina. Roma
Benedicto XVI, en Sao Paulo.

El Papa recordó, el pasado domingo, su reciente viaje a Brasil, durante el rezo del Regina caeli. Tras renovar su agradecimiento al Señor, recordó que en Aparecida se está celebrando un acontecimiento eclesial de primera magnitud, e invitó a los católicos a «seguir orando» por «el pueblo de Dios que vive en Iberoamérica».

Desde Brasil, los participantes en la V Asamblea del CELAM han enviado un mensaje a Benedicto XVI en el que reiteran su «profunda comunión» con el Santo Padre. «Vivimos en estos días la fuerte presencia del Señor», y «llenos de oración y de fraternidad». Agradecen también las palabras del Papa en Brasil, que «serán orientación y guía para nuestros trabajos».

Ése es el espíritu que preside estos días la Asamblea en Aparecida. En cuanto al diagnóstico, la inmensa mayoría de cardenales y obispos ha coincidido en subrayar que Iberoamérica es «continente de la esperanza», pero también resaltan la necesidad de una «conversión pastoral». No se puede seguir esperando a que la gente venga a la Iglesia: la Iglesia tiene que salir a su encuentro.

El cardenal Jorge Mario Bergoglio, jesuita, presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina, elegido Presidente de la Comisión que redactará el Documento final de Aparecida, y que contará con la aprobación de Benedicto XVI, puso sobre el tapete de la discusión el éxodo de cristianos que la Iglesia católica está experimentando hacia sectas o hacia otras experiencias espirituales, como puede ser la New Age. Se da una «ruptura en la transmisión generacional de la fe cristiana en el pueblo católico», constató el arzobispo de Buenos Aires. Atribuyó este fenómeno a varias causas, como son «la crisis del diálogo familiar, la influencia de los medios de comunicación, el subjetivismo relativista, el consumismo del mercado, la falta de acompañamiento pastoral a los más pobres y nuestra dificultad para recrear la adhesión mística de la fe en un escenario religioso plural». Por este motivo, subrayó la importancia central del tema de la Conferencia: forjar discípulos y misioneros de Cristo, para encontrar «nuevos caminos para comunicar la fe».

El cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, insistió en que «ser misionero es algo sustancial en los discípulos. Los bautizados necesitamos un espíritu misionero más vivo, más creativo, más activo, con nuevos bríos. Hay que renovar la misión», subrayó en una conversación con los periodistas.

Estas ideas ahora comienzan a tomar cuerpo en comisiones de trabajo que empiezan a dar forma al Documento final. En Aparecida tiene lugar un laboratorio decidido a conformar el rostro de una Iglesia misionera para el futuro. Por eso es de vital importancia elaborar un diagnóstico certero. Junto a los debates e intervenciones, han presentado informes los Presidentes de 22 Conferencias Episcopales y se ha analizado la situación eclesial, social y cultural del continente.