Francisco: «Lamento haber tenido que retrasar este viaje. Os pido perdón»

Francisco ha querido explicar por sí mismo el por qué ha tenido que posponer su gira africana prevista del 2 al 7 de julio. La Santa Sede ya lo anunció el pasado viernes 10 de junio, pero el Papa este domingo ha ofrecido su explicación e incluso ha pedido perdón por verse obligado a retrasar, una vez más, este viaje: «Deseo dirigirme a los pueblos y a las autoridades de la República Democrática del Congo y de Sudán del Sur. Queridísimos, con gran disgusto, a causa de los problemas en la pierna, he tenido que posponer mi visita a vuestros países programada para los primeros días de julio. Lamento amargamente haber tenido que retrasar este viaje que tanto deseo hacer. Os pido perdón. Recemos juntos para que, con la ayuda de Dios y del tratamiento médico, pueda ir a veros cuanto antes. ¡Confiemos!».

En 2016 los obispos de Sudán y Sudán del Sur, en visita ad limina, invitaron a Francisco a viajar a la nación más joven del mundo envuelta en una cruenta guerra civil nada más nacer. En 2017, Francisco anunció que visitaría Sudán del Sur en compañía de Justin Welby, el arzobispo de Canterbury. No fue hasta finales de 2019 cuando empezó a perfilarse con claridad este viaje. Todo parecía indicar que la fecha elegida sería marzo de 2020, momento en el que las condiciones parecían propicias. Sin embargo, sobrevino la pandemia y los planes tuvieron que posponerse. Ha sido ahora la rodilla derecha del Papa la que ha obligado a volver a retrasar este viaje sin, de momento, una fecha concreta.

Asesinadas por odio a la fe

También al final del rezo del ángelus, el Papa ha insistido en que no podemos olvidarnos de Ucrania: «Que el tiempo que pasa no aminore nuestro dolor y nuestra preocupación por estas personas martirizadas. Por favor, no nos acostumbremos».

Además, ha recordado a los cristianos perseguidos a través de la figura de diez religiosas mártires que han sido beatificadas este sábado en Polonia. Pascualina Jahn y sus nueve hermanas fueron asesinadas por odio a la fe en 1945 a manos del ejército rojo: «Que su ejemplo de fidelidad a Cristo nos ayude a todos, especialmente, a los cristianos perseguidos en distintas partes del mundo, a dar testimonio del Evangelio con valentía».

Por último, antes de despedirse, el Santo Padre se ha sumado a la reivindicación de este Día Mundial contra el Trabajo infantil. Ha pedido que se elimine esta plaga para que ningún niño se vea privado de sus derechos fundamentales. «La de los menores explotados para trabajar es una realidad dramática que nos interpela a todos», ha exclamado.

«La Trinidad nos enseña que no se puede estar nunca sin el otro»

En esta solemnidad de la Santísima Trinidad, antes de la oración mariana, el Papa ha tratado de explicar este misterio de la fe para hacer comprender que «la Trinidad nos enseña que no se puede estar nunca sin el otro», porque, «el Padre, por ejemplo, no sería tal sin el Hijo, del mismo modo el Hijo no puede ser pensado por sí solo, sino siempre como Hijo del Padre. Y el Espíritu Santo, a su vez, es Espíritu del Padre y del Hijo». Francisco ha recordado que «no somos islas», sino que estamos en el mundo para vivir a imagen de Dios, «abiertos, necesitados de los demás y necesitados de ayudar a los demás». Por eso, ha invitado a cada fiel a que descubra si es reflejo de la Trinidad en la vida diaria y si la señal de la cruz es «un mero gesto» o es una inspiración a la hora de, actuar, hablar o perdonar.

Asimismo, ha asegurado que «celebrar la Santísima Trinidad no es solo un ejercicio teológico, sino una revolución de nuestra manera de vivir», porque «Dios, en quién cada Persona vive para la otra y no para sí misma, nos estimula a vivir con los demás y para los demás». Por ello, que Dios es uno y trino hay que demostrarlo con los hechos y no con palabras, ha insistido el Santo Padre, dado que «el Autor de la vida se transmite menos a través de los libros y más a través del testimonio de vida».