Empieza en Madrid la Feria del Libro - Alfa y Omega

Empieza en Madrid la Feria del Libro

Javier Alonso Sandoica

Leía, el otro día, un artículo muy interesante de Miguel Ángel Hernández sobre la metamorfosis que se está produciendo en los museos. Decía que han abandonado su condición de templos visitados sólo por aristócratas, para convertirse en supermercados y «espacios de entretenimiento, paraíso de multitudes, donde la experiencia artística se ha convertido en turismo cultural». Bueno, el museo no debería ser ni una cosa ni la otra, sino el umbral de un acontecimiento al que se asiste con mucha atención, mucha serenidad y cierta dosis de humildad. Si vas a una exposición de Hopper y sales con un imán para el frigorífico, has perdido la mañana. Me decía hace poco un librero, en la Feria del Libro de Ocasión, que la gente ya no compra libros, se prefiere el titular del periódico o el tuit: «Hemos perdido el hábito de la reflexión». Estaba triste, porque además llovía mucho y le tenía que poner un plástico muy sucio al puñado de libros que se apretaban en los estantes.

Mañana empieza la Feria del Libro de Madrid, y habrá clientes que se tirarán a por lo último del mercado, porque las promociones se encargan de ponernos fácil la felicidad de una lectura. 69.788 títulos se publicaron en España en 2012, cifra que refleja una caída del 6,2 respecto al año anterior. En cualquier caso, a mí me parece una barbaridad, ya lo es al peso, pero las calidades deben ser tan disímiles que produce vértigo entrar en la cirugía de separar lo anodino de lo útil. ¡Qué lejos quedan los tiempos en que san Francisco de Asís se encontrara un trozo de pergamino en el suelo, casi irreconocible por lo maltrecho que estaba debido al barro, y con sumo cuidado lo limpió como pudo, porque era indefectiblemente literatura sagrada! Ahora ya no andamos tan seguros de que edición es sinónimo de belleza o verdad. La buena literatura, la que nunca es ligera, debe nacer naturalmente, como las hojas de los árboles. Pero, como insinúa Cortázar, «toda hoja es una lenta y minuciosa creación del árbol».

Yo recomiendo la lectura de cualquier novela de Dostoyevski. En él está el mejor de los prolegómenos del siglo XX. Mucho antes que Kafka, estaba el ruso genial. Y me inclino por sugerir una introducción hermosísima que, hace unos años, publicara la editorial Nuevo Inicio, El espíritu de Dostoyevski, de Nicolai Berdiaev. Fue el escritor que más dedicó su vida creativa contra la consideración del mal como algo superficial. Y el más conspicuo defensor de la libertad, ya que el hombre preferirá sufrir necesidad de pan, que perder la libertad de espíritu.