Incondicional. La ley de la vida es darla por amor
Esta semana, llega a nuestras pantallas Incondicional, opera prima de Brent McCorkle, que se basa en la historia real de Joe Bradford, conocido en Estados Unidos como Papá Joe, un converso al cristianismo que dedica actualmente su vida a acoger y educar a niños huérfanos o en riesgo de exclusión social
La película Incondicional, de Brent McCorkle, parte del personaje de Samantha Crawford, una ilustradora y escritora de cuentos infantiles que ha perdido las ganas de vivir tras el asesinato de su marido a manos de un atracador callejero. Una serie de azares que no desvelamos le llevan a reencontrarse con su mejor amigo de la infancia, Joe Bradford, al que no veía desde niña y que ha vivido importantes experiencias en su vida, experiencias que han desembocado en crear una comunidad de niños negros huérfanos o en situación de extrema necesidad. El factor decisivo que ha sucedido en la vida de Papá Joe ha sido su descubrimiento y encuentro en la cárcel con el amor de Dios.
Incondicional no es una película religiosa al uso. El tema de la fe se explicita en el momento oportuno y no se le da más vueltas. Lo que más se desarrolla en el film es la cuestión de dar la vida como expresión máxima del sentido de la existencia. El amor como la verdadera fuerza que mueve la realidad. Los personajes descubren esta dinámica en medio de circunstancias sumamente dolorosas: cuanto más fallan los cálculos humanos, más fácil es descubrir el verdadero valor y sentido de la vida. Samantha no se agarra a un discurso filosófico elevado que evite su suicidio, simplemente se deja deslumbrar por la nueva humanidad de su amigo Joe, que ya no es el mismo que dejó de ver veinte años atrás. Y empieza a seguirle, un método que comenzaron hace veinte siglos los discípulos de Jesús y que sigue vigente.
La cuestión de la acogida y de la paternidad, que encarna Joe, están hermosamente tratados en la película. Joe no es un mero educador o cuidador concienciado. Hace algo más: comparte su destino con los niños. Los niños no son su ocupación profesional, son su vocación, la forma concreta en la que Dios está presente en su vida. Y esto quizá es lo más logrado del largometraje.
La película tiene un cierto aire de tvmovie, muy correctamente protagonizada por Michel Ealy (Underworld: El despertar) y Lynn Collins (X Men Orígenes: Lobezno) y con un elenco infantil inmejorable.
El verdadero Joe Bradford ha publicado un libro autobiográfico, A walk of love, y junto a su esposa Denise –cuyo personaje también aparece en el film– está al frente de la Asociación sin ánimo de lucro de Nashville Elijah’s Heart, que ha ayudado ya a miles de niños y sus familias en Estados Unidos. El matrimonio Bradford comenzó dándole un caramelo a una niña sorda del barrio. Al rato había quince niños en la puerta de su casa pidiendo caramelos. Eran niños que no tenían nada y casi nadie se ocupaba de ellos. La respuesta a esta simpática situación fue el comienzo de esta gran obra que ahora se conoce en todo Norteamérica.
Brent McCorkle
Estados Unidos
2012
Romance
+12 años