«¿Soy servidor o me sirvo? Limpiemos nuestra vida para ver y servir a los pobres»
El cartel de la VI Jornada Social Diocesana era muy revelador: La Iglesia lava los pies a un mundo triste. Con ese mismo gesto quiso comenzar el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, el que calificó como «un día de gracia para la archidiócesis». Durante la Misa inaugural del encuentro, el pasado sábado, monseñor Osoro lavó los pies a cuatro representantes de la pastoral social diocesana: «Todos tenemos los pies sucios. El Señor nos lava los pies, no solo para quitar la suciedad de fuera, sino también la de dentro. Nos limpia nuestras pobrezas, que son muchas: nuestros egoísmos, tristezas, injusticias y desconfianzas», afirmó.
Con su gesto y su ejemplo, «el Señor nos da la pauta para lavar los pies al prójimo. Hay que hacer por los demás lo que Él hizo por nosotros hasta dar la vida. Servir, limpiar, proteger, construir y ponernos en la dirección de la justicia. Hacer la cultura del encuentro», recalcó el arzobispo. Y pidió a los presentes, –que abarrotaban la capilla del Seminario diocesano–: «Lavaos los pies los unos a los otros».
Pero para lograrlo, hay que «ver cómo está nuestro corazón ante los nuevos retos de pobreza en la historia, y en concreto, en el lugar donde nosotros estamos viviendo». La clave para colocar nuestro corazón, prosiguió, es tener «el atrevimiento de conocer al Señor. Porque somos cristianos, leemos la Biblia, pero a veces no lo conocemos. Porque cuando conocemos a una persona de verdad, es cuando la dejamos entrar en nuestro corazón. Si no, esa persona es una desconocida».
Ese conocimiento de Dios cura las heridas «que a veces nos hacen no ver la realidad que nos rodea. Cuando se conoce al Señor, cambia tu mirada respecto a los demás, y se hace más profunda. Se ven cosas que antes no se veían», recordó monseñor Osoro. Y recalcó la importancia de no ser injustos «interpretando la vida de los demás y no mirando la nuestra».
El arzobispo de Madrid lanzó una reflexión a los representantes de la pastoral social diocesana: «¿Soy servidor o me sirvo? Limpiemos nuestra vida para ver a los pobres y servirlos de verdad».