«No se observa gran respeto social por la verdad»
Nuestra sociedad está dividida en comportamientos estancos. No se observa gran respeto social por la verdad. En el fondo, lo que importa es que nosotros tengamos razón, y los otros, no. Se prefiere la corroboración de nuestros prejuicios. Es fácil comprobarlo si uno hace la experiencia de leer periódicos distintos -no lo recomiendo, salvo a mentes intrépidas amantes del riego-. Es obvio que la información debe ser plural, pero siempre debería caber alguna coincidencia fáctica, algún parámetro estimativo común, ya que la realidad de la que se informa es una. En la sociedad mediática, entre el guirigay y el quitarse la palabra unos a otros, no se presentan datos objetivos.
Es de lamentar que no podamos tratar los problemas de hoy que más nos acucian con altura y objetividad. Yo echo de menos verdaderos debates sobre las causas de la crisis y la mejor manera de salir de ella; sobre la reforma laboral; sobre los recortes del gasto público y las prioridades a preservar, sobre el justo reparto de las cargas entre los diversos actores… Esa carencia no está subsanada por el Parlamento. De poco me sirven los debates parlamentarios, porque se ajustan a un guión rígido preestablecido por los partidos de defender a muerte sus posiciones de Gobierno-oposición. Hemos presenciado críticas frontales de la oposición del PP al Gobierno Zapatero, y, al poco tiempo, hemos visto al PP aprobar medidas como las que criticaba, y que ahora le reprocha la oposición socialista… Esto provoca estupor en la ciudadanía, que sospecha que le toman por tonta, y termina por considerar que la clase política en su conjunto no está a la altura, y que además es uno de nuestros principales problemas.
Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona
De su conferencia Revitalizar la sociedad. Regeneración intelectual y moral