El Vaticano recuerda a los curas que el Sínodo busca «descubrir la igualdad de los bautizados»
La Secretaría General del Sínodo de los Obispos les ha dirigido una carta en la que les pide que se impliquen activamente en el proceso sinodal, porque no hay que «aferrarse a la seguridad de las costumbres para que nada cambie»
En el día de san José, el Secretario General del Sínodo de los Obispos, el cardenal Mario Grech, y el Prefecto de la Congregación para el Clero, Lazarus You Heung-Sik, han escrito un mensaje a todos los sacerdotes del mundo con algunas orientaciones y sugerencias para mejorar su participación en el Sínodo sobre la sinodalidad.
Ambos prelados reconocen en esta carta que quizá la novedosa metodología de este Sínodo puede «despertar tanto entusiasmo como perplejidad». Por eso, han considerado oportuno ofrecer algunos consejos a los sacerdotes para dinamizar su papel en la fase diocesana del Sínodo.
«Necesitamos escuchar al Espíritu junto con todo el Pueblo de Dios, para renovar nuestra fe y encontrar nuevas formas y lenguajes para compartir el Evangelio con nuestros hermanos y hermanas», dice este mensaje en el que desde el Sínodo de los Obispos recuerdan además a los sacerdotes que uno de los objetivos de este proceso sinodal es, precisamente, «mostrar el verdadero rostro de la Iglesia», una «casa hospitalaria de puertas abiertas».
Por un lado, les piden que intenten evitar los tres peligros que señala el Papa Francisco: el de la autorreferencialidad, el inmovilismo y el intelectualismo. Recomiendan a los sacerdotes «no aferrarse a la seguridad de las costumbres para que nada cambie». Por otro lado, les invitan a dejar de lado cualquier temor o suspicacia que pueda provocarles el camino sinodal. Se muestran comprensivos y entienden que el sínodo pueda conllevar más carga de trabajo. Pero, al mismo tiempo, piden a los sacerdotes que no se fijen solo en eso, sino en «la riqueza de las experiencias de la sinodalidad vivida», «muchas más de lo que pueda parecer a primera vista», puntualizan.
El mensaje hace referencia a otro posible temor de los sacerdotes a la hora de afrontar el Sínodo y es «si se pone tanto énfasis en el sacerdocio común de los bautizados y en el sensus fidei del Pueblo de Dios, ¿qué será de nuestro papel como líderes y de nuestra identidad específica como ministros ordenados?». Grech y Lazarus You Heung-Sik responden a los sacerdotes que de lo que se trata de es «descubrir cada vez más la igualdad fundamental de todos los bautizados y de estimular a todos los fieles a participar activamente en el camino y la misión de la Iglesia».
Para conseguir que este objetivo sea posible durante el proceso sinodal, piden tres cosas a los sacerdotes. La primera es que el camino se base en la escucha y la vivencia de la Palabra de Dios para evitar que las reflexiones puedan «convertirse en ideología». La segunda es que haya aceptación mutua, sin individualismos, «empezando por la fraternidad entre los sacerdotes». Y la tercera es que «el viaje no nos lleve a la introspección, sino que nos estimule a salir al encuentro de todos».
Por último, la carta invita a los sacerdotes a partir de estas prioridades «porque la sinodalidad es verdaderamente la llamada de Dios para la Iglesia del tercer milenio», pese a los «interrogantes, dificultades e interrupciones». E insisten en que la finalidad del Sínodo es, entre otras cosas, «aprender unos de otros».