Los obispos de Burkina reclaman a los golpistas que promuevan el bien común
Los militares que el domingo dieron un golpe de Estado se reunieron el miércoles con líderes religiosos para justificar su actuación
Los obispos de Burkina Faso «toman nota» del golpe de Estado que se produjo entre el domingo y el lunes y recuerdan a los militares que deben gobernar «para el bien común». También piden que se trate bien a los miembros del Gobierno anterior que permanecen detenidos.
En un comunicado del que se hace eco Fides, el episcopado explica que el miércoles 26 tuvo lugar «una reunión con varios líderes religiosos, por iniciativa de las actuales autoridades de Burkina Faso». Querían «explicar las razones que motivaron su acción». Tras el encuentro, «los obispos tomamos nota de los cambios que se han producido». Pero subrayan también que «estos cambios bruscos e inconstitucionales no están exentos de problemas».
Militares de Burkina Faso, agrupados en el Movimiento Patriótico por la Salvaguarda y la Restauración (MPSR), confirmaron el lunes que habían tomado el poder en un golpe de Estado y que habían depuesto al presidente, Roch Marc Christian Kaboré. El nuevo hombre fuerte del país es el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba.
«Ante la continua degradación de la situación de seguridad que amenaza los cimientos de nuestra nación, la incapacidad manifiesta del poder de Roch Marc Christian Kaboré de unir a los burkineses para afrontar la situación con eficacia, y siguiendo las aspiraciones de los diferentes estratos sociales de la nación, el MPSR ha decidido asumir sus responsabilidades ante la historia», indicó un portavoz militar, capitán Sidsoré Kader Ouédraogo, en la televisión estatal.
Retos para el bien común
Si el reto de la seguridad «es la primera motivación de estos acontecimientos», apuntan los obispos en su nota, «también hay que abordar otros». Entre ellos citan «el retorno a sus hogares» de cerca de un millón de desplazados internos, «la reconciliación nacional, los retos económicos y muchos otros que requieren la participación de todos».
Los obispos recuerdan que «la autoridad es un servicio para el bien común. Las nuevas autoridades deben ocuparse de la organización adecuada para satisfacer las profundas aspiraciones de nuestro pueblo». Asimismo, les instan a que «garanticen a los detenidos su seguridad, integridad física y dignidad».
El golpe ha sido condenado por la comunidad internacional y corre el riesgo de dejar a Burkina Faso en el aislamiento, incluso económico. «Ante la novedad de la situación nacional y los legítimos interrogantes recíprocos, no podemos sino invitar insistentemente a la oración para pedir a Dios que nos ilumine» y «podamos avanzar hacia una salida definitiva de la crisis y una paz duradera».