¿Te puede cambiar la vida acudir a una JMJ? Generación JMJ - Alfa y Omega

¿Te puede cambiar la vida acudir a una JMJ? Generación JMJ

El libro Generación JMJ -escrito por Cristina y Ana Larraondo, y publicado en Cobel ediciones- recoge 25 historias, representativas de tantas otras, en las que la vida de sus protagonistas, tras acudir a estos encuentros, cambió por completo. Un matrimonio holandés que se conoció en Colonia, una ejecutiva del Sultanato de Omán, un sacerdote japonés… abren en estas páginas las puertas de su encuentro con Cristo a través del encuentro con el Papa y con miles de jóvenes

Cristina Sánchez Aguilar
Acto de bienvenida al Papa Juan Pablo II, en la JMJ de Toronto 2002.

Kurata nació, hace 32 años, en el seno de una familia budista de Japón. «Como en mi casa nadie creía en Dios, yo no sentí jamás necesidad de Él», explica. Pero Dios se sirve, muchas veces, de instrumentos humanos para revelarse, y en el caso de Kurata, lo hizo a través de un compañero de la Universidad: «Lo que más destacaba de él era que se notaba que llevaba una vida muy honesta. Cuando se reía, lo hacía a carcajadas». Fue en la JMJ de Roma, en el año 2000, donde se encontró con la grandeza de la Iglesia. Kurata es sacerdote desde 2010 y realiza su pastoral en la catedral de Santa María, en Tokio. Su padre y su hermana mayor, budistas, acudieron a la ceremonia de su ordenación, y el mejor regalo para él fueron sus palabras: Has hecho lo mejor.

Una historia semejante cuenta la ahora Madre Radosty Boyiei, que significa Alegría de Dios. Nacida hace 31 años en Rusia, fue educada en una familia soviética en la que nunca se hablaba de Dios. También se encontró con una compañera, en la universidad, que la invitó a acompañarla a Misa. Fue en Roma con Juan Pablo II, en el año 2000, cuando conoció las JMJ: «¡Qué emocionante fue comprobar que la fe era algo que se vivía con naturalidad!». Desde agosto de 2010 es la superiora de la comunidad de Jabarovsk, en el extremo oriente ruso.

Lo que más llamó la atención a Corinne, una joven estadounidense, de 24 años, que participó por primera vez en una JMJ, en 2002, en Toronto, fue que era gente normal: «Nunca había visto nada parecido: calles abarrotadas por miles de jóvenes derrochando alegría, rebosantes de fe. Y era gente como yo. Fue una experiencia que desbordó todas mis expectativas, me abrió los ojos y la mente a una realidad maravillosa». El cambio para Corinne después de aquella semana no fue radical, pero «quedó plantada una semilla en mi alma que empezó a crecer lentamente. Empecé a comprender qué significaba esa fe en mi vida y cuál era el sentido y la misión de mi existencia».

Jóvenes firmes en su vocación

El libro concluye con un testimonio muy especial, el de Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid. «¿Qué frutos espero de la Jornada de Madrid? -se pregunta-. Que los jóvenes salgan de ese gran encuentro con el Señor con un corazón vibrante, para mantenerse firmes en su vocación de cristianos, sea cual sea la forma en la que el Señor les llama. Que se conviertan en fermento de una nueva humanidad en todos los ámbitos de la sociedad».

Generación JMJ
Autor:

Cristina y Ana Larraondo

Editorial:

Cobel