#IamChurch, la iniciativa del Vaticano para subrayar la acogida a las personas con discapacidad
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida difunde vídeos testimoniales cada semana para «estar juntos en nuestra diversidad y traer crecimiento emocional y espiritual para todos»
Este lunes dio comienzo la iniciativa #IamChurch [Yo soy Iglesia], con el lanzamiento de seis vídeos testimoniales a cargo de cristianos con discapacidad. Se trata de una campaña promovida por el Dicasterio para los laicos, la Familia y la Vida, con el objetivo de poner de relieve la contribución que las personas con discapacidad hacen a la Iglesia en el día a día.
De este modo, cada semana varios vídeos mostrarán la labor de evangelización que realizan algunos jóvenes sordos en México, el monasterio en Francia donde viven su vocación algunas monjas con síndrome de Down, o el grupo de jóvenes italianos con discapacidad intelectual que participan en las Jornadas Mundiales de la Juventud.
«Es importante que la iglesia se pueda vivir como un lugar inclusivo y comunitario y no solo como un lugar de oración», afirma a Alfa y Omega la italiana Antonietta Pantone, de la asociación Fe y Luz, una comunidad de fe internacional donde se encuentran personas con discapacidades intelectuales, sus familias y sus amigos.
«En general sabemos que la casa de Jesús está abierta a todos, sin excepción, pero no es fácil conocer a muchas personas con discapacidades en tu parroquia…, quizá porque tal vez no se sienten queridas», lamenta Antonietta, protagonista de la presentación de #IamChurch en el Vaticano la semana pasada.
Pantone comenta cómo «nos marcó mucho a mi hermana y a mí –ella es invidente– que nos metieran en una habitación aparte a la hora de hacer las catequesis de Primera Comunión». En cambio, más adelante pudo recibir la Confirmación «en un grupo de gente y fue muy bello compartir mi fe con los demás», y después de este paso también pudo colaborar como catequista en su parroquia.
«No hay ningún libro que diga cómo comportarse con las personas con discapacidad, pero la acogida concreta en las parroquias todavía depende mucho de las personas que haya», dice Antonietta. En cualquier caso, lo ideal «no es tener una persona especializada al lado. Solo queremos personas normales», de ahí que el reto sea «cuidar mejor el sentido de pertenencia a la comunidad parroquial».
Para Pantone, «todas las personas con discapacidad pueden enseñar algo: solo es necesario darles las herramientas adecuadas para hacerlo», de modo que al final «estar juntos en nuestra diversidad pueda traer crecimiento emocional y espiritual para todos».