Catequesis para niños con discapacidad: «Dios es feliz junto a ellos»
«Una discapacidad intelectual no supone una discapacidad espiritual», afirma una madre de un menor con autismo, pues estos niños «tienen mucha vida interior, a veces más potente que la nuestra»
Sofía es, desde hace muchos años, monaguilla en la parroquia madrileña de Nuestra Señora de las Américas, una labor que «la hace feliz», asegura Patricia, su madre. Este año ya le tocaba prepararse para el sacramento de la Confirmación, «pero de alguna manera se sentía descolgada entre otros chicos de su edad», dice Patricia, por lo que se propuso crear un grupo de catequesis formado exclusivamente por chicos con discapacidad.
Así, cada semana acuden a la parroquia y junto a Belén, su catequista, repasan los temas que ha adaptado para ellos. «Al principio no sabía qué iban a ser capaces de entender y qué no, pero me he llevado una sorpresa. Ponen los ojos como platos y lo pillan todo», asegura su catequista. Son tan grandes las ganas de estos chicos que «ellos mismos van dirigiendo cada sesión a base de su curiosidad y sus preguntas. En la última, por ejemplo, les hablé del Adviento y acabamos repasando el ángelus, porque querían saber cómo se quedó embarazada la Virgen», añade.
Aún no tienen fecha para la Confirmación –«la recibirán cuando estén preparados», dice Belén–, pero los resultados saltan a la vista. De hecho, es habitual que, desde que comenzó la catequesis, Sofía diga de repente en casa: «Me voy un rato a hablar con Dios», una inquietud que comparte con el resto de sus compañeros, con los que ha creado un grupo de WhatsApp para compartir lo que viven en la parroquia.
Proyecto Naim
La catequesis con estos niños es una labor en la que lleva implicada más de diez años Martha Elizabeth Chuquipiondo, madre de un niño con autismo, en línea con las palabras que acaba de pronunciar el Papa con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el 3 de diciembre: «Nadie puede negar los sacramentos a las personas con discapacidad». Martha Elizabeth se acercó un día a la parroquia de San Ramón Nonato para hacer una catequesis especial para niños con discapacidad alta, de grado tres: parálisis cerebral, problemas neurológicos no determinados, autismo… Así nació el Proyecto Naim, una iniciativa que ya se ha extendido a otras diez parroquias de Madrid, en la que «usamos los mismos métodos y materiales que se emplean en colegios de educación especial, adaptándolos a los contenidos de las catequesis», afirma.
En Proyecto Naim dan la catequesis de manera individual, «porque el nivel de cada niño es distinto», y ya han sido testigos de cómo varios han recibido la Primera Comunión, la Confirmación y la Confesión, gracias a que, con unos dibujos, van señalando sus pecados. Además, todos los días van al Santísimo para saludarle y lanzarle besos.
Para esta madre, los niños con discapacidad «tienen mucha vida interior, a veces más potente que la nuestra, lo tenemos comprobado. Una discapacidad intelectual no significa discapacidad espiritual, solo hace falta saber cómo llegar a ellos. Ellos son felices y Dios es feliz junto a estos niños tan especiales. Son los predilectos de Jesús».