El olivo de Scholas se planta en España
Madrid acogerá Scholas Ciudadanía, el primer proyecto de Scholas Occurrentes en Europa. En la iniciativa, impulsada por el Papa para rehacer el panorama educativo, participarán 20 escuelas públicas y privadas
El olivo de la imagen que acompaña a estas líneas no es cualquiera. Es uno de los símbolos de Scholas Ocurrentes, la iniciativa impulsada por el Santo Padre que conecta la tecnología, el arte y el deporte para fomentar la cultura del encuentro y un mundo en paz. El olivo de la derecha fue plantado por el arzobispo de Madrid, el director mundial de Scholas y la entonces alcaldesa de la capital en la madrileña plaza de Colón en febrero de 2015, durante la presentación de Scholas Ocurrentes en España. Desde entonces, más de 80 colegios de nuestro país se sumaron a la iniciativa del Papa, accedieron a su página web, se registraron y, en algunos casos, compartieron sus proyectos. Esta nueva red de escuelas –públicas, concertadas y privadas, religiosas y laicas– se integró en Scholas Social, una de las patas de Scholas Ocurrentes, que consiste en una plataforma digital para conectar escuelas y proyectos alrededor del mundo.
Protagonistas del cambio
El director mundial de Scholas, José María del Corral, visita estos días de nuevo en Madrid. Ha venido para poner en marcha Scholas Ciudadanía, otra de las patas de la organización del Papa, que da un paso más, con el objetivo no solo de conectar a las escuelas y difundir sus proyectos, sino de convertir a los jóvenes estudiantes en protagonistas del cambio social.
Una semana antes de aterrizar en España, Del Corral participó en Roma en una reunión con el Papa Francisco y monseñor Osoro, arzobispo de Madrid, para organizar una «primera experiencia piloto», como la llama el director de Scholas, que se convierta en «revulsivo para que se difunda rápidamente por el resto de España y de Europa».
El proyecto que Del Corral va a poner en marcha estará liderado por los propios estudiantes participantes, quienes libremente «van a identificar los problemas a los que se enfrentan y van a tratar de ponerles solución», explica. Durante una semana, en enero, los estudiantes de 20 colegios públicos y privados se reunirán para elegir y votar los dos problemas que más les preocupan. En otros países de Latinoamérica donde ya se implantó este proyecto, los estudiantes eligieron algunos como el embarazo precoz o el aborto. Posteriormente saldrán a la calle para recopilar datos sobre estos problemas y hablar con las partes implicadas. Con la información que recojan, pensarán juntos las mejores soluciones. El último paso será ponerlas en marcha y proponer una serie de acciones a las autoridades.
Madrid se convertirá así en la primera ciudad española y europea que albergará un proyecto de Scholas Ciudadanía.
Una red mundial global
El C. E. I. P. Parque Eugenia de Montijo, situado en el madrileño barrio de Carabanchel, es uno de los 80 colegios españoles que ya estaban inscritos en Scholas Social antes incluso de que José María del Corral viajara por primera vez a nuestro país. El colegio público se subió al carro hace un año. La idea partió del profesor de Religión Alberto Asenjo, que buceaba en internet «buscando recursos para los alumnos, nuevas experiencias que les pudieran enriquecer». Encontró Scholas, se registró y entabló contacto con la Fundación Anawin, de la localidad argentina de Salto. Ahora los alumnos de uno y otro centro van a poder intercambiar impresiones y experiencias. «El encuentro será a través de hangouts (vídeo chat de Google). Queremos tener tres en el año. Estamos pensando reunirnos el Día de la Paz y tener algo de formación e intercambiar algún tipo de experiencia. Que los alumnos puedan hablar de sus vivencias y, de esa forma, enriquecerse y conocer la realidad de uno y otro sitio», explica el profesor.
El olivo de Scholas también está plantado en Madrid en la Fundación Gil Gayarre, que atiende a personas con discapacidad intelectual. Fue el propio director de Scholas el que acudió al centro a plantarlo un día después de plantar el de Colón. El colegio Tajamar, de Vallecas, es el tercer colegio de Madrid que participa en Scholas Social y tiene plantado un olivo, en este caso virtual.
Los primeros olivos de Scholas los plantaron los futbolistas Messi y Buffon en agosto de 2013. Desde entonces, ya hay 1,5 millones de olivos, físicos y virtuales, desperdigados por todo el mundo, y 400.000 escuelas que se han sumado al proyecto.
El deporte es una de las principales líneas de trabajo de Scholas Ocurrentes. Porque como dijo el Papa durante el lanzamiento de Scholas: «El deporte es importante porque enseña a jugar en equipo. El deporte salva del egoísmo, ayuda a no ser egoísta. Por eso es importante trabajar en equipo y estudiar en equipo y andar el camino de la vida en equipo». Francisco sabe que el terreno de juego es uno de los lugares idóneos para difundir los valores de Scholas, y desde ahí sueña conseguir la cultura del encuentro y un mundo en paz.
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Otros participantes españoles
Colegios y asociaciones ponen sus proyectos a disposición del resto de escuelas de la red
Educar a través del fútbol. Este es el objetivo que se han marcado desde la asociación No solo fútbol que, desde Sagunto (Valencia), atiende a 45 niños de diferentes nacionalidades. «Buscamos la educación de los jóvenes que integran el equipo y un desarrollo positivo del entorno en el que van a convivir a los largo de sus vidas», explican desde la asociación.
Al finalizar el curso académico los alumnos de la Universidad Católica de Valencia hacen un paréntesis en sus vacaciones para ir a Villarica, en Paraguay, dentro del programa Escuela de Humanidad. El objetivo: ofrecer a niños y jóvenes «una educación en valores que les haga personas comprometidas, en la construcción de una nueva sociedad civil».
El proyecto que el colegio Padre Jacobo de la Fundación Victoria de Málaga compartió en Scholas Social es el de hermanamiento de alumnos. «Cada alumno del centro cuenta, durante todo el curso escolar», con un compañero de distinta edad que les ayuda en su día a día. Un apoyo y un referente que les acompaña en cada una de las actividades.