Ernest Johnson, ejecutado a pesar de la mediación del Papa
El nuncio en Estado Unidos pidió clemencia aludiendo al «carácter sagrado de toda vida humana», pero se desoyeron sus súplicas y Johnson fue ejecutado cinco días antes de la celebración, este domingo, del Día Mundial Contra la Pena de Muerte
A pesar de la mediación del Papa Francisco, el estadounidense Ernest Johnson fue ejecutado este martes 5 de octubre en Missouri (EE. UU.). Una ejecución que lo convierte en la séptima persona a la que se le aplica la pena de muerte en Estados Unidos en lo que va de año y que se produce tan solo cinco días antes de la celebración, este domingo 10 de octubre, del Día Mundial Contra la Pena de Muerte.
Johnson, de 61 años, fue condenado a la pena capital tras matar a tres personas en 1994 durante el asalto a un supermercado. Sus abogados habían pedido la anulación de la condena al tratarse de una persona con discapacidad intelectual. El recluso, había nacido con síndrome de alcoholismo fetal después de que su madre bebiera mucho durante el embarazo, y antes de morir presentaba la capacidad mental de un niño.
El nuncio en Estados Unidos también había suplicado clemencia para Ernest. «En nombre del Papa Francisco, le pido sinceramente que detenga la ejecución», escribió monseñor Christophe Pierre al gobernador de Missouri. Esta petición «no se basa en los hechos y circunstancias de sus delitos» ni en su «dudosa capacidad intelectual». Lo que se desea, más bien, es centrarse en «la humanidad del señor Johnson y el carácter sagrado de toda vida humana», añadió.
En la misiva, el nuncio recordó un pasaje de la encíclica Fratelli tutti, del Santo Padre: «No desahoguéis el ansia de venganza contra las atrocidades de los pecadores, sino volved vuestra voluntad a curar sus heridas». Y afirmó que la anulación de la condena sería «un reconocimiento valiente de la dignidad inalienable de la persona humana».
La pena de muerte en el mundo
A pesar de la ejecución de Johnson, lo cierto es que la pena de muerte pierde terreno en el mundo. Cada vez son menos los países que la aplican y más los que la eliminan de su legislación, según el último informa sobre el tema de Amnistía Internacional.
El número total de ejecutados en 2020 fue de 483 personas, siendo esta la cifra más baja de ejecuciones en un decenio por tercer año consecutivo. Representa una disminución del 26 % respecto a 2019, y del 70 % desde el máximo de 1.634 ejecuciones alcanzado en 2015.