Sínodo: en camino hacia el documento final
Se reanudaron la mañana de este lunes, 19 de octubre, las sesiones de los Círculos Menores del Sínodo de los Obispos sobre la familia. Los trece grupos lingüísticos iniciaron los debates sobre la última parte del Instrumentum Laboris (documento de trabajo), dedicado al tema de La misión de la familia hoy
Las relaciones de los Círculos serán presentados en la Asamblea este martes por la tarde durante la XIV Congregación General, en los siguientes días se realizaran diversas votaciones para la elección de los consejos y las reuniones de la Comisión para la elaboración de la relación final, cuyo proyecto será entregado a los Padres Sinodales para ser revisados y discutidos antes de su aprobación definitiva que se realizará durante la XVIII Congregación General del próximo sábado 24 de octubre.
De esta manera, el Sínodo de los Obispos, iniciado el pasado domingo 4 de octubre, va llegando a su termine. Han sido días de intenso intercambio de ideas y experiencias entre los participantes a la Asamblea, algunos de ellos han asegurado sentirse estos días «en familia, como en casa», viviendo un signo bellísimo de colegialidad. Asimismo, precisaron que es normal que haya diversidad de opiniones porque «venimos de contextos diferentes, dijeron los Pastores, y en este sentido los desafíos no son los mismos. Aunque también hay algunos que son comunes».
Uno de los temas que ha llamado la atención durante el debate de esta tercera parte del Sínodo sobre la familia, es la situación de los divorciados vueltos a casar por lo civil. Al respecto, los Padres Sinodales recordaron que no todos los casos son iguales. Es necesario, dijeron los Obispos, tener presente que es un campo delicado y no se puede generalizar, «es mejor estudiar caso por caso, mirando a la misericordia sin olvidar la doctrina».
Finalmente, se espera que en esta última semana de trabajos y debates, el Sínodo pueda incidir en la vida de la Iglesia, poniendo a la familia en el lugar que le corresponde en la Comunidad de creyentes. Con la esperanza que esto pueda convertirse en una señal fuerte para nuestra sociedad y nuestros países que a menudo se olvidan sistemáticamente de la familia. Y sobre todo, sin perder de vista el verdadero sentido de la «sinodalidad» dentro de la Iglesia, es decir, viviendo la colegialidad episcopal en el espíritu de la eclesiología del Concilio Vaticano II.