Descubierto un nuevo incunable: «Es una joya. Solo cuenta con dos ejemplares en el mundo»

Marcelino Menéndez Pelayo formó una abultada biblioteca a lo largo de su vida que donó a la ciudad de Santander, junto con el edificio que la contenía, tras su muerte en 1912. Con el paso de los años, el edificio necesitó ser rehabilitado. Para el lavado de cara, metieron todos los libros en cajas y los llevaron al Archivo Histórico Provincial de Cantabria. Una vez allí comenzaron su recatalogación con la idea de poder digitalizar los documentos. Y, entonces, descubrieron varias cajas que no estaban registradas y, dentro de ellas, un documento que parecía un incunable.

Para su identificación se pusieron en contacto con María Eugenia López Varea, miembro del Servicio de Biblioteca de la Universidad Pontificia Comillas y experta en la materia. «A simple vista tenía toda la pinta de ser un incunable, pero eso aplicamos el método Proctor-Haebler, que consiste en medir 20 líneas, y descubrimos que efectivamente la tipografía era clavada a la 82G de los impresores Lope Sanz y Leornardo Hutz, que trabajaron juntos entre 1495 y 1497 en Salamanca», explica en conversación con Alfa y Omega.

Tras la identificación, López Varea se dedicó a cotejar el documento con otros ejemplares de esta imprenta para ver si coincidía con alguno. Un primer barrido determinó que «se trataba de un ejemplar único y, con la emoción, todos nos dejamos llevar». Existía otro documento, que también empezaba con las palabras passionis domini y que se encontraba en la Biblioteca Nacional de Portugal, pero luego las siguientes palabras del título no coincidían con las del nuevo incunable descubierto. «El problema es que este de Portugal no había podido ser bien catalogado porque le faltaba la portada y la primera página, así que habían ficcionado el título y lo habían catalogado como anónimo», asegura la experta. Pero tras un exhaustivo análisis, María Eugenia descubrió que en realidad sí que se trataba del mismo documento, lo que ha permitido corregir el título y poner el autor del ejemplar que se custodia en la Biblioteca Nacional de Portugal.

De esta forma, el documento «es una pieza muy importante. Solo cuenta con dos ejemplares reconocidos en el mundo». Además, se trata de un incunable y no quedan muchos. «Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de incunables nos referimos a la primera imprenta, desde 1450 hasta 1500. Son solo esos, no hay más. Y claro, con el paso del tiempo, las censuras, las guerras, las humedades, los fuegos, catástrofes naturales, pues muchos han desaparecido y no los recuperaremos en la vida». Por eso, «cada vez que encontramos uno, es como encontrar una joya».

El nuevo incunable descubierto, que lleva por título Expositio passionis domini secundum matheum: excerta ex Nicolao y es obra de Francisco de los Santos, contiene en sus páginas «comentarios a la Pasión del Señor según san Mateo», concluye María Eugenia López Varea, miembro del Servicio de Biblioteca de la Universidad Pontificia Comillas.