La laica Francia apoyará a las escuelas cristianas en Irak
La visita del presidente francés a Irak y su encuentro con la comunidad cristiana de Mosul refuerza, según un dominico de esta ciudad, lo logrado por el Papa
Con su viaje de marzo, «el Papa abrió la puerta de Irak al mundo». Su presencia y sus mensajes hicieron que «la gente recobrara la confianza, y mostraron el camino para nuevas formas de cooperación entre grupos y comunidades», afirma el dominico Olivier Poquillon, del convento de Nuestra Señora de la Hora (Al Saa’a), en Mosul. A finales de agosto la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, dio un mayor impulso a este cambio de tendencia después de años sin apenas visitas relevantes de jefes de Estado o de Gobierno.
En Bagdad, Macron fue el único líder de una potencia internacional en una cumbre regional sobre la estabilidad en Oriente Medio que el dominico considera «muy importante». Irak, subraya, «no fue el tema del que se hablaba, sino un participante activo que había convocado a los demás». Así, el país tuvo «por primera vez la oportunidad de demostrar que puede contribuir al bien común». Por su parte, el presidente galo mostró que «quiere retomar una relación de socios» y «trabajar con los iraquíes».
En este sentido, jugaron un papel clave los encuentros con las distintas comunidades religiosas tanto en Bagdad como en Erbil (Kurdistán iraquí) y Mosul. Allí visitó la gran mezquita de Al Nuri y el convento de Al Saa’a, donde a petición suya se reunió con líderes cristianos el 29 de agosto. Poquillon subraya que la cita fue «muy cordial», un diálogo en el que el mandatario preguntó por los desafíos a los que se enfrentaban. Y, aunque hubo algunas peticiones de ayuda, «muchos hablaron más bien de la aportación de los cristianos». Vistos habitualmente como víctimas, Macron «constató que son creativos, tienen energía y hacen cosas buenas».
Ante ellos, el presidente anunció por sorpresa que, además de contribuir a la renovación del aeropuerto de la ciudad, su país abrirá un consulado en la región. La decisión supone, explica el dominico, una importante opción de «apoyo y cooperación cultural» para los habitantes de la llanura de Nínive. No pueden acudir al de Erbil porque está en el Kurdistán, ni al de Bagdad por la distancia.
¿Colegio para Mosul?
Otro compromiso clave es el de apoyar a las escuelas cristianas que enseñen a sus alumnos en francés, que son la mayoría. En enero de 2020, el Gobierno galo y la ONG católica L’Oeuvre d’Orient crearon un fondo compartido para apoyar a este tipo de centros en Oriente Medio. Este año, por primera vez, se ha incluido en el programa a cinco centros iraquíes. «Los fondos no se quitarán a otros países», explica Vincent Cayol, director de operaciones de la entidad, pues los proyectos anteriores ya tienen su financiación cerrada.
De momento se beneficiarán de esta ayuda cinco escuelas, tres en Bagdad y dos en la llanura de Nínive, con casi 1.500 alumnos. Cayol no cierra la puerta a «apoyar la creación de un colegio en la zona de Mosul; pero solo puede ser posible junto con una comunidad local», ya que se trata de «cubrir sus necesidades». No faltan en la ciudad «familias musulmanas que nos suplican que abramos colegios allí». También sería «un fuerte signo para que las familias cristianas desplazadas vuelvan a sus hogares en Mosul», una vez que se han reconstruido las primeras iglesias. Resulta significativa la apuesta de la laica Francia por estos centros. El director de operaciones de L’Oeuvre d’Orient subraya que «las escuelas cristianas practican la diversidad religiosa, social», étnica y de sexos, algo que contribuye a la «esencial» tarea de «animar a las comunidades a que aprendan a vivir juntas».
El dominico Olivier Poquillon subraya que las decisiones que está tomando Francia, como la de ayudar a reconstruir el aeropuerto de Mosul, también benefician a los cristianos de Irak. A pesar de que esta minoría se enfrenta a dificultades específicas, en general «no se encontrará una solución para ellos sin una solución para los demás», también en lo económico.