Objetivo: evitar que los vendimiadores se queden en la calle
Con el comienzo de la vendimia, Cáritas La Rioja ha puesto en marcha su dispositivo de atención a los temporeros, a los que proporciona acogida, alimentos o información sobre sus derechos laborales
En Alfaro acaba de terminar la temporada de la fruta y ha empezado la vendimia, lo que significa que la localidad riojana se ha llenado de temporeros dispuestos a trabajar duro las próximas semanas. Esta no es una realidad ajena a la Iglesia, que a través de Cáritas ha activado su dispositivo de acogida para evitar que muchas de estas personas se vean abocadas a la calle hasta que encuentren un trabajo.
«Hay que tener en cuenta que se trata de trabajadores en movilidad y no disponen de un alojamiento o no se lo pueden costear», explica Marcos Montoya, técnico del programa de temporeros de Cáritas La Rioja. «Son personas que vienen de las campañas de otras zonas de España o, incluso del extranjero, Portugal, Rumanía…». Y el dispositivo de acogida de Cáritas «es una manera de que no se queden en situación de sinhogar mucho tiempo, tengan cubiertas sus necesidades hasta que encuentren trabajo y entonces puedan costear su propia manutención».
De esta manera, la atención de la entidad caritativa de la Iglesia se centra en la acogida y «en cubrir sus necesidades básicas». «Se les proporciona la alimentación. Se les entrega una bolsa con tuppers». Y también «se les ha hecho un kit higiénico con cuchillas de afeitar, mascarillas, toallas… Otros años teníamos servicio de duchas, pero este año con la COVID-19 no ha sido posible abrirlo y por eso les damos este kit».
Casos de explotación
Más allá de la asistencia más práctica, o cotidiana, Cáritas también se centra en «informar a los temporeros de sus derechos laborales» o en «detectar algún caso de explotación laboral o de vulneración de derechos». Por otro lado, «hacemos una labor de sensibilización con la sociedad», desterrando posibles prejuicios o bulos, «presentando a los temporeros como son: personas trabajadoras que solo buscan ganarse la vida como cualquier otro».
Por su parte, los temporeros no dejan de dar las gracias. «Son personas muy agradecidas, muy afables y que valoran mucho a los voluntarios y técnicos que estamos allí con ellos. Incluso se establecen vínculos profundos a lo largo de los años entre unos y otros».
Situación de necesidad
Según Montoya, este es «uno de los programas históricos». Se presta «desde los años 70 o principios de los 80». Por aquel entonces, «Cáritas vio que había muchas necesidades dentro de este colectivo y, como Iglesia, con espíritu cristiano, decidió trabajar para cubrir esas necesidades».
Pero en esta labor no solo está involucrada Cáritas Alfaro. «Tenemos distintos convenios de colaboración con varios ayuntamientos», como en Logroño o Nájera. La idea es ir abriendo otros dispositivos, en los que se ofrece distintos servicios, a medida que va evolucionando la campaña. «De hecho, la vendimia comienza en La Rioja baja, donde actualmente están recogiendo uva blanca, y suele acabar en torno a la fiesta del Pilar en la zona de Haro, que ya es La Rioja alta. «Los temporeros se van moviendo, van subiendo, a medida que avanza la campaña. Y el dispositivo dura esos dos meses y medio que hay trabajo aquí», concluye el técnico de Cáritas.