Las Cantigas de Santa María en línea
Patrimonio Nacional celebra los ochos siglos del nacimiento de Alfonso X con la publicación online de sus cantigas, hasta ahora solo disponibles en la biblioteca del monasterio de El Escorial
El rey Alfonso X el Sabio cumple este 2021 800 años. Nació en 1221 en Toledo y falleció en Sevilla, después de haber dejado un legado resplandeciente, en el año del Señor de 1284. Hizo la guerra. Continuó la labor de su padre Fernando III el Santo. Asoló el puerto de Salé en 1260. Avanzó en la Reconquista y tomó Cádiz en 1262. Sofocó la revuelta mudéjar en Murcia y en el valle del Guadalquivir (1264). Aspiró –ahí es nada– a la corona del sacro Imperio romano germánico durante buena parte de su vida. Sus últimos años se vieron ensombrecidos por el enfrentamiento con su hijo Sancho, que desembocó en una rebelión de nobles y ciudades.
Sin embargo, no ha pasado a la historia como el conquistador ni como el batallador, sino como el sabio. Es justo que así sea. Fue un magnífico poeta en lengua galaicoportuguesa y un notable prosista en castellano. Impulsó el conocimiento fundando la Escuela de Traductores de Toledo, donde se dieron cita estudiosos judíos, cristianos y musulmanes. España encuentra en él y en esta institución uno de sus símbolos más certeros y perdurables. Cultivó el derecho y la astronomía.
No debe, pues, sorprendernos que Patrimonio Nacional haya decidido celebrar los ochos siglos del nacimiento del insigne rey con diversas iniciativas, como la publicación en línea de las Cantigas de Santa María y la celebración de un concierto homenaje en el real monasterio de San Lorenzo de El Escorial a cargo de Victoria Cantus, con presentación del auto sacramental Dadas Sejan Loores, obra de su director artístico y musical, Carlos José Martínez.
¡Ay, la belleza de estas cantigas! A lo largo de los años, el melómano ha podido escucharlas en diversas grabaciones, pero había que desplazarse a la real biblioteca del monasterio de San Lorenzo de El Escorial para acceder al Códice Rico y al Códice de los Músicos, que junto al Códice de Toledo (conservado en la Biblioteca Nacional de España) y el Códice de Florencia (atesorado en la Biblioteca Nacional de Florencia) dan la suma del cancionero alfonsí. Como contaba José Luis del Valle, director de la biblioteca, es «la obra que más se ha enseñado a grupos de estudiosos, a grupos de estudiantes y a grupos especializados en diferentes materias y especialidades». No sorprende que la digitalización se haya recibido con alborozo en universidades e institutos de investigación. Ahora cualquier persona interesada puede admirar libre y gratuitamente los códices a través del sitio web de Patrimonio Nacional, visitando la biblioteca digital de la institución dedicada a los fondos de la biblioteca del monasterio.
Creo que a ese rey que quiso extender el conocimiento y desarrollar la ciencia, que compuso poemas y redactó leyes, le hubiese gustado esta idea de abrir el patrimonio nacional de España al mundo entero. La providencia ha querido que este año de su 800 cumpleaños sea también jacobeo. Las miradas del mundo se vuelven, pues, a la tumba de Santiago y sus pasos se encaminan a Galicia. De nuevo nos sale al encuentro Alfonso, el rey de los poetas galaicoportugueses y compañero, en la literatura gallega, de Martín Codax, de Meendiño, de Xan de Cangas, de Rosalía y de Cunqueiro, que deseó «mil primaveras mais para a língua galega». En ese voto también podría estamparse la firma de un rey.
Así, con estas cantigas de alabanza a nuestra señora –«estrela do día»– recordamos, es decir, traemos de nuevo al corazón, la grandeza de la civilización occidental y la luz de la Edad Media europea. Fue el tiempo del románico y el gótico, del amor cortés y la poesía goliárdica, de los maestros flamencos y de Dante. Algunos impíos afirman que fue una época de oscuridad, pero se equivocan. Ahí está el rey Alfonso X para desmentirlo. Ahí relucen estos códices que cualquiera puede admirar gracias a la tecnología. Ahí se levantan las catedrales de Europa. Ahí resuenan los himnos marianos que este rey compuso y estos textos registran. La historia de nuestro continente tiene como banda sonora la ars nova y la ars vetera y, en ambas, se canta la gloria de Dios, la Resurrección de Cristo y la pureza de Santa María, que «mostra-nos via / pera Deus e nos guía», en palabras del rey sabio.
La Escritura está llena de referencias a la música. En honor a Dios cantamos himnos y tocamos instrumentos musicales. Sabemos que el rey David bailaba. Sabemos que hay coros angélicos. El maestro Mateo –el Jacobeo no perdona– esculpió a los 24 ancianos del Apocalipsis con instrumentos musicales. Estos códices, pues, prolongan una tradición que nos eleva desde la belleza del mundo y la creación hasta la suma Belleza. Miren si fue sabio y luminoso este rey que ahora cumple 800 años.
La presidenta de Patrimonio Nacional, María de los Llanos Castellanos, asegura que la digitalización de las Cantigas de Santa María «supone un nuevo ejemplo del compromiso de esta institución por acercar el patrimonio que atesoramos a todos los ciudadanos, porque ese es el objetivo que nos hemos marcado, que Patrimonio Nacional esté al alcance de todos».