Gentes: Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación (en La Repubblica)
Hay una percepción muy difundida que asocia la fe a la oscuridad; a una objeción semejante no se puede responder sólo con un razonamiento. No se derrota la oscuridad hablando de la luz, sino encendiendo una lámpara. La tarea que se nos ha confiado es hacer resplandecer la luz de Cristo en nuestros rostros. Los hombres de nuestro tiempo podrán volver a interesarse por Cristo sólo si encuentran personas capaces de estar en pie ante los desafíos de la vida; si ven que lo que hace que los cristianos sean tan distintos no es una fábula o un sentimiento bonito, sino algo capaz de tocar a la persona en su centro, en el corazón.
Edición impresa