Aguilar tendrá una nueva cruz «que nos una como pueblo»
Tras la destrucción de la cruz del convento de las carmelitas, los vecinos de esta localidad cordobesa han impulsado la creación de una nueva
Cuando el 19 de enero el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera –gobernado por Izquierda Unida– retiró la cruz del convento de las carmelitas descalzas en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, y la tiró a una escombrera para que fuera destruida, «la gente se llenó de pena e indignación por la ofensa a los signos y a los sentimientos religiosos de una gran parte del pueblo», reconoce Pablo Lora, párroco de la localidad. La cruz se instaló en 1938 «como reconocimiento a las víctimas de la Guerra Civil, junto con unas placas en las que figuraba el nombre de los caídos», pero «en los años 80 se retiraron las placas para desvincularla de cualquier connotación política y, desde entonces, tan solo era un elemento de fe del pueblo», subraya el sacerdote.
Con la retirada, el pueblo se quedó sin esa cruz que era pieza fundamental en la profunda religiosidad popular de Aguilar, localidad cordobesa que cuenta con 14.000 habitantes. «Allí se inaugura el vía crucis de las cofradías todos los años; ante ella hacen su estación de penitencia las hermandades; se celebra la tradicional fiesta de las cruces de mayo en Pascua, e incluso se desarrollan actividades de tipo cultural como teatros populares o conciertos de música», detalla Lora.
Este sentimiento de orfandad llevó a la Agrupación de Cofradías y Hermandades –que reúne a las 30 que existen en el pueblo– a impulsar la instalación de una nueva cruz a la que no se le pudiera acusar de nada y que volviera a ocupar ese puesto central en la vida de fe de todos los vecinos.
Comenzaron entonces las conversaciones con la Delegación provincial de Cultura –al ser el convento de las descalzas un Bien de Interés Cultural– y con el Ayuntamiento. La idea era acercar posturas tras la retirada de la cruz original y recuperar la senda del entendimiento que siempre habían tenido los representantes civiles y religiosos. «La relación con el Ayuntamiento suele ser cordial, hasta el punto de que hemos colaborado con ellos en diferentes actividades culturales y sociales», asegura Lora, que también es el consiliario de la agrupación de cofradías. «Al principio estaban un poco reacios», reconoce el sacerdote, «pero ante la repercusión que había tenido la noticia, el dolor que había suscitado la retirada de la anterior cruz y los planes de uso que teníamos para la nueva, al final atendieron nuestra solicitud».
Sin fecha definitiva
Con el visto bueno, la cruz se instalará en los próximos meses coincidiendo con el 350 aniversario de la fundación del convento de las descalzas, aunque el proyecto todavía se encuentra en una fase muy preliminar y no hay una fecha definitiva. «Queremos que sea un homenaje a la oración callada de las religiosas a los largo de tantos siglos», afirma. Un cometido que hoy sigue vigente con las cinco monjas jóvenes que en la actualidad habitan el convento.
La idea es que sea sufragada por los vecinos a través de una suscripción popular. «Queremos huir de cualquier atribución política, partidista o asociativa, que nadie se pueda arrogar su propiedad, que sea de todos los vecinos», subraya el párroco. Asimismo, expresa su deseo de que la nueva cruz «nos recuerde el amor de Dios, que nos una a todos como pueblo y en la construcción de la civilización del amor». «Que nos ayude a vivir en paz, concordia y con perdón, porque la cruz también es el mayor signo de perdón», añade.
La nueva cruz de Aguilar de la Frontera, que cuenta con todo el apoyo del obispo de Córdoba –«está entusiasmado con el proyecto, sobre todo con el hecho de que haya sido impulsado por los fieles laicos», asegura Lora–y ha sido diseñada por el sacerdote Ignacio Sierra Quirós. «Tendrá elementos de la fachada barroca del convento anexo. Es una cruz triunfante, máxima representación del amor, que no tiene a Cristo porque ha resucitado. Aunque como nace de la religiosidad popular de los fieles contará con algunos elementos de la Pasión», explica el consiliario.
El proyecto contempla que sea realizada en piedra y forja y que sea colocada muy cerca de donde se encontraba la anterior. «La nueva cruz de Aguilar se ubicará algo más centrada, como presidiendo la plaza colindante», concluye el párroco de la localidad cordobesa.
La Agrupación de Cofradías y Hermandades del pueblo es una de las entidades más amplias y plurales. «Tenemos 30 hermandades y cofradías y en ellas participan cerca de 10.000 habitantes [el 71 % de todos los vecinos]. Me atrevería a decir que prácticamente en todas las casas hay un cofrade, si no lo son todos sus miembros», asegura José Cabezas, presidente de la agrupación. La religiosidad popular en la localidad comenzó a crecer a principios del siglo XIX y llegó a su culmen a finales del siglo XX, en 1999, cuando la Semana Santa de Aguilar de la Frontera fue declarada de Interés Turístico Nacional.