Premio Mundo Negro a la Delegación de Migraciones de Tánger: «En la Iglesia caben todos»
«La fraternidad no es una opción puntual, es un estilo de vida», ha dicho la responsable de Migraciones de Tánger, en un encuentro organizado por la revista de los combonianos
Santiago Agrelo, obispo emérito de Tánger ha recogido este jueves el Premio a la Fraternidad que la revista Mundo Negro ha concedido a la Delegación de Migraciones de Tánger. La entrega ha tenido lugar dentro del XXXIII Encuentro África que ha tenido lugar en Madrid bajo el lema Migraciones.
Agrelo, fundador de la Delegación, ha afirmado que Tánger «ha sido y es un territorio de frontera, con barreras en las que quedan atrapados miles de emigrantes en busca de futuro, hombres mujeres y niños». Están «acorralados, vejados y humillados», y son muchas veces «empujados a la muerte», por lo que llegó el momento de crear «un organismo diocesano dedicado a todos ellos, con la imagen de Jesús agotado del camino y sentado junto al pozo, como un emigrante que pide agua para beber».
«En la Iglesia caben todos», afirmó visiblemente emocionado el obispo emérito, por lo que «nuestra vida está llamada a convertirse en pan para los pobres». El emigrante «es un hijo de Dios», con el que tenemos «lazos no de sangre sino de gracias, lazos que proceden de Dios».
Después de diez años de andadura de la Delegación, «hemos visto a Cristo en los pobres», y «solo ellos pueden dar testimonio de lo que en ella han encontrado».
Por su parte, la hermana Inmaculada Gala, responsable de la Delegación de Migraciones de Tánger, agradeció el reconocimiento de Mundo Negro y contó que actualmente trabajan en cuatro localidades de la diócesis, con una cincuentena de personas de 14 países distintos. «Desde la diversidad tratamos de dar respuesta al mundo migratorio. La fraternidad no es una opción puntual, es un estilo de vida y así lo queremos vivir».
«Hay un solo mundo»
Enrique Bayo, director Mundo Negro, comenzó el encuentro afirmando que las migraciones «son consecuencias de un sistema económico mundial profundamente injusto que tiene que cambiar. Los migrantes ofrecen beneficios innegables a nuestro país, a nivel demográfico, cultural y económico. Pero no es el utilitarismo lo que nos mueve, acogerles es una cuestión de simple humanidad. Somos una única familia humana. No hay un mundo negro y un mundo blanco, sino un solo mundo, casa común para todos».
Por su parte, Jennifer Gómez, responsable del Área de Migraciones de CONFER, recogió el pensamiento del Papa Francisco sobre este tema y dijo que el Pontífice «remite siempre a dos palabras: Evangelio y misericordia», que deben aplicarse a las migraciones, «que son un signo de estos tiempos». Las migraciones son «un lugar propicio para encontrarnos con Dios», y necesitan una respuesta «común y global», por lo que los estados «no deben dar respuestas individuales y aisladas».
«Hay que poner el foco en los países de origen, en por qué la gente se juega la vida para llegar a nuestras costas», dijo también José Naranjo, periodista especializado en África, para quien «el modelo de la valla, la represión y las expulsiones no provoca sino más dolor y sufrimiento, y viajes cada vez más complicados. Y ni siquiera funciona el objetivo disuasorio con el que se creó». De ahí que como sociedad «nos falta valentía para gestionar los grandes flujos de jóvenes africanos sin perspectivas de futuro», que tienen la «legítima aspiración a una vida mejor».
Ladji Moryba Kouyate, migrante marfileño vinculado a SERCADE, habló de la hospitalidad de «todas aquellas personas que me han ayudado desde mi país hasta el día de hoy», como aquellos que achicaban el agua en la patera que le trajo a España, o a los trabajadores de Salvamento Marítimo que les rescataron, o a los policías de Motril, «que nos dieron agua y comida». También recordó a Mamá Paqui, «que me ha tratado en España como si fuera su hijo», y a SERCADE, «que desde el primer día nos dieron café y pan», así como a los voluntarios de la Campaña del Frío y de Luz Casanova. También quiso dar las gracias a todas aquellas personas «que han hecho posible que recibiera atención médica en el hospital cuando me puse enfermo», y a todos los que «me ayudaron a sacarme el título de formación profesional».
Una ley «injusta y racista»
También la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente en España tuvo su representación a través de Elena García, que se preguntó «qué estamos haciendo ante el sufrimiento de nuestros hermanos», cuando en realidad «los migrantes están enriqueciendo Europa de muchas maneras». Al haber nacido en España, conoce de cerca «la estigmatización de los migrantes que se prolonga hasta sus descendientes, y denuncia que la ley actual de extranjería «es injusta y racista, y obliga a la gente a vivir en la clandestinidad durante años, favoreciendo situaciones de abuso y mucho sufrimiento».
El Encuentro África organizado por Mundo Negro contó asimismo con la intervención de Becha Sita Kumbu, modista y presidenta Asociación Besha Wear, que dijo que «África es un continente que ha sido empobrecido, y ahora nos tienen restringidos por el sistema migratorio. Y esa es la causa que hace que tengamos que arriesgar nuestra vida para venir a Europa».