El Papa muestra la «creatividad y audacia» de santa Teresa de Ávila para superar «estos tiempos nada fáciles»
Francisco envía un largo videomensaje a los participantes del congreso Teresa de Jesús, Mujer excepcional, que se celebra estos días en Ávila, en el que recuerda que «el camino de la oración» que siguió santa Teresa de Ávila tiene como signo «las obras caridad»
«Santa Teresa de Ávila fue una mujer excepcional, pero conviene no olvidar que su reconocida relevancia no es más que la consecuencia de lo que para ella era importante: su encuentro con el Señor, su “determinada determinación” –así dice ella– de perseverar en la unión con Él por la oración», ha dicho el Papa Francisco en un videomensaje de 13 minutos que ha enviado a los participantes del congreso Teresa de Jesús, Mujer excepcional, organizado por la diócesis de Ávila, la orden de carmelitas descalzos y la Universidad Católica de Ávila.
Tres días después de enviar al obispo de Ávila una carta con motivo de este evento, el Papa ha vuelto a recuperar la figura de la santa, destacando de ella «su docilidad al Espíritu» y subrayando que «su audacia, creatividad y excelencia» son el fruto «de la presencia interior del Señor» en ella.
El congreso, organizado a los 50 años de la de la proclamación de santa Teresa como doctora de la Iglesia, tiene lugar en un tiempo que tiene «bastantes similitudes con los del siglo XVI en que vivió la santa». Como entonces, «también ahora los cristianos estamos llamados a que, a través de nosotros, la fuerza del Espíritu Santo siga renovando la faz de la tierra», ha afirmado el Papa, pues en realidad «son los santos quienes permiten que el mundo avance».
En sus palabras, el Papa se ha hecho eco de la llamada universal a la santidad que hizo el Concilio Vaticano II, recordando que «la santidad no es sólo para algunos especialistas de lo divino, sino que es la vocación de todos los creyentes». En este sentido «los santos nos estimulan y nos motivan», pero «cada uno de nosotros tiene su propio camino de santidad».
El de la oración, que hizo de santa Teresa «una persona de referencia a través de los siglos», es un camino está abierto «a todos los que humildemente se abren a la acción del Espíritu en sus vidas», sin olvidar que «no es para experimentar cosas extraordinarias, sino para unirnos a Cristo», y que el signo de que esta unión es real «son las obras de caridad».
Para Francisco, la señal de que estar avanzando en ese camino «es ser cada vez más humildes y más solícitos a las necesidades de nuestros hermanos». No se trata de ser «puros y perfectos», sino de ser «conscientes de nuestros pecados» y descubrir así «la hermosura de la misericordia de Dios». En este sentido, el Papa ha destacado «cómo la conciencia del propio ser pecador es lo que abre la puerta al camino de santidad».
Al final de su mensaje, el Papa ha exhortado a todos a vivir como santa Teresa, pues «estos tiempos nada fáciles necesitan amigos fieles de Dios», que no cedan «a la desilusión, a la resignación o al funesto e infundado presagio de que todo va a salir mal».
«Dios es bueno, nos ama, y la historia no se le ha escapado de las manos», ha recordado el Papa. Por eso, «aunque transitemos por cañadas oscuras, no tengamos miedo si está el Señor con nosotros».