Parolin en la región anglófona de Camerún: «Solo el diálogo puede lograr la paz»
El secretario de Estado del Vaticano manifestó al presidente de Camerún la disponibilidad de la Iglesia para contribuir a una salida al conflicto armado que golpea al oeste del país desde 2016
El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, ha sido el primer líder extranjero que se ha atrevido a visitar la región anglófona de Camerún, inmersa en un conflicto armado desde 2016. Su visita del fin de semana a Bamenda, en la región Noroeste del país, ha sido el momento central de una visita de casi una semana que concluye este miércoles.
Ciento de personas desafiaron el domingo 31 de enero los llamamientos al boicot e incluso las amenazas de los grupos armados independentistas contra quienes participaran en los actos de la visita. Sus alegaciones de que la Iglesia ignora la realidad de esta zona del oeste del país, anglófona a diferencia del resto francófono, cayeron en saco roto.
El Papa Francisco «es consciente de las dificultades que habéis vivido y estáis viviendo en estos años», y «se une al deseo de paz y de reconciliación que se eleva hacia Dios desde esta amada y maravillosa tierra», afirmó el secretario de Estado durante la Misa de imposición del palio arzobispal al nuevo arzobispo de Bamenda, Andrew Nkea Fuanya. «La violencia no resuelve los problemas», añadió. «Todos somos responsables de la paz. Solo un diálogo verdaderamente sincero puede lograr la paz».
El consuelo del Papa
El arzobispo local compartió su profundo agradecimiento por la presencia del número dos del Papa. «Te vemos como un embajador de la reconciliación, como un promotor de justicia» enviado directamente por el Papa. «Incluso cuando el Santo Padre no dice nada, su presencia es una presencia consoladora». Al final de la Misa, Nkea incitó a todos los asistentes a ponerse de pie y agitar pañuelos blancos, como hacían él mismo y el secretario de Estado.
La presencia durante la celebración de Ferdinand Ngoh Ngoh, ministro de Estado y secretario general de la Presidencia del país, y de Paul Atanga Nji, ministro de Administración Territorial, han llevado a varios medios a especular sobre la posibilidad de una mediación de la Iglesia.
Según Cameroon Info, el enviado del Papa Francisco mantuvo conversaciones con las las autoridades locales y representantes de la sociedad civil. Financial Afrik apuntaba incluso a la posibilidad de que se pudiera encomendar esta labor a representantes de la Comunidad de Sant’Egidio o del Opus Dei.
Origen del conflicto
La región anglófona de Camerún se unió al resto del país tras un controvertido referéndum en 1961. Las condiciones de la unificación, que incluían una representación adecuada de la misma en el Gobierno central y un reparto justo de los recursos, nunca llegaron a cumplirse. A esto se unió la pérdida de identidad, que llevó al nacimiento de un movimiento independentista.
La dura represión en 2016 de una serie de protestas de abogados y maestros hizo que las tensiones se agravaran, hasta que en octubre de 2017 una coalición de secesionistas no violentos declararon la independencia de esta región, con el nombre de Ambazonia. Pronto se unieron a la misma grupos armados promovidos desde la diáspora. El conflicto ha causado ya la muerte de entre 2.000 y 3.000 civiles, la huida de 30.000 refugiados a Nigeria y el desplazamiento interno de 650.000 personas.
Obispos por la paz
La implicación de la Iglesia en la búsqueda de la paz en Camerún no es nueva. En septiembre de 2019, algunos clérigos estuvieron presentes en el Gran Diálogo Nacional, que durante una semana reunió a 600 participantes y del que salieron propuestas como el reconocimiento de un estatuto jurídico especial para la región anglófona, la construcción de un aeropuerto y un puerto marítimo y la implicación de los jefes tradicionales. Incluso estuvieron al frente de las comisiones sobre la Promoción del Bilingüismo y del Multiculturalismo y sobre el Desarme de las Milicias.
Después de este encuentro, el arzobispo de Bamenda, Andrew Nkea, y el cardenal Christian Tumi, arzobispo emérito de Douala, recorrieron la región anglófona encontrándose con la población. Gracias a su implicación, 400 combatientes dejaron las armas. Esto no fue visto con buenos ojos por los grupos armados, que en noviembre secuestraron durante un día al cardenal Tumi, de 90 años. También este mismo sábado lo retuvieron durante varias horas mientras se dirigía a Bamenda para participar en la imposición del palio al arzobispo.
Encuentro con el presidente
Además de la visita a esta ciudad, otro momento importante del viaje del cardenal Parolin fue su encuentro, el viernes 29 de enero, con el presidente de la República de Camerún, Paul Biya. En declaraciones a los medios, el cardenal explicó que ambos «anhelamos reconciliación y paz», sobre todo en el contexto de otras graves crisis, como la de la pandemia.
«Es importante lograr la paz», insistió; «es la única condición para crecer y lograr un desarrollo sostenible en todas partes». Asimismo, según añadió el Gobierno, el secretario de Estado vaticano «aseguró al jefe de Estado la disponibilidad de la Iglesia católica y de los obispos de ambas regiones para contribuir a una solución duradera».
Lección magistral sobre diplomacia
Ese mismo día, el enviado del Papa se reunió con la Conferencia Episcopal de Camerún. Su presidente, Abraham Kome, lamentó que a pesar de lo «laudable» del Gran Diálogo Nacional, la iniciativa «ha fracasado a la hora de detener la violencia», como demuestra la masacre de 23 civiles en febrero de 2020 en Ngarbuh, o la muerte de siete niños en una escuela de Kumba. Otros ofrecimientos de mediación por parte de la Iglesia «fueron rechazados». «Solo un verdadero diálogo que incluya a todas las partes puede promover el retorno de la paz», concluyó el también obispo de Bafang.
El lunes, Parolin pronunció una lección magistral sobre La presencia de la Santa Sede en África: un puente entre la idea de paz y la realización de la justicia en la Universidad Católica de África Central, de Yaoundé, la capital. En ella, subrayó cómo en todo el mundo, y en ese continente en particular, «la Iglesia está haciendo todo lo posible por realzar la dignidad de cada persona en cada lugar y situación». Esto es posible porque «a través de las iglesias locales puede llevar a los lugares más diversos y a menudo olvidados para apoyar los esfuerzos por renovar la vida social, la educación y las condiciones básicas de vida».