«Un cristianismo sin liturgia es un cristianismo sin Cristo»
El Papa ha explicado la importancia de la liturgia para los cristianos durante la audiencia general y ha asegurado que mañana se unirá a la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana
Al final de la audiencia general, durante su saludo a los fieles de lengua italiana, el Papa ha recordado que este jueves 4 de febrero se celebrará la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana, establecida recientemente por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
«Estoy muy agradecido a que las naciones de todo el mundo se unan a esta celebración, dirigida a promover el diálogo interreligioso e intercultural», ha dicho Francisco, al mismo tiempo que ha anunciado que «por eso, mañana por la tarde participaré en un encuentro virtual con el gran Imán de Al Azhar y el secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y con otras personalidades».
Precisamente, la ONU estableció esta celebración para el 4 de febrero después de que ese mismo día pero de 2019 el Pontífice se encontrara en Abu Dhabi con el gran Imán de Al Azhar, Ahmad al Tayyed, y ambos firmaran el documento sobre la Fraternidad humana, para la paz mundial y la convivencia.
Por último, el Santo Padre ha subrayado el reconocimiento que las Naciones Unidas hace en su resolución de «la contribución que el diálogo entre todas las religiones puede aportar para mejorar la consciencia y la comprensión de los valores comunes compartidos por toda la Humanidad».
En este sentido, el Papa Francisco ha propuesto que ese diálogo y esa comprensión de los valores comunes «sea hoy nuestra oración y nuestro empeño todos los días del año».
Importancia de la liturgia
Previamente, Bergoglio ha dedicado la audiencia a reflexionar sobre la liturgia y ha advertido de «la tentación de practicar un cristianismo intimista, que no reconoce a los ritos litúrgicos públicos su importancia espiritual». Pero «un cristianismo sin liturgia es un cristianismo sin Cristo», porque «Cristo se hace presente en el Espíritu Santo a través de los signos sacramentales».
Ahí radica «la importancia de la divina liturgia para la vida de los cristianos», reafirmada de «forma completa y orgánica» por la Constitución Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano II. Por ello, ha ahondado el Santo Padre, «esta pide ser celebrada con fervor», para «que la gracia derramada en el rito no se disperse sino sino que alcance la vivencia de cada uno».
Celebrar la Misa
Dentro de los ritos litúrgicos, el Pontífice ha destacado la Santa Misa, que «no puede ser solo “escuchada”, como si nosotros fuéramos solo espectadores de algo que se desliza sin involucrarnos».
No, «la Misa siempre es celebrada, y no solo por el sacerdote que la preside, sino por todos los cristianos que la viven. ¡El centro es Cristo! Todos nosotros, en la diversidad de los dones y de los ministerios, todos nos unimos a su acción, porque es Él el Protagonista de la liturgia», ha concluido.