Juan del Río, arzobispo castrense, fallece por COVID-19
El prelado, que permanecía ingresado desde hace una semana, no ha podido superar los daños provocados por el virus
Juan del Río, arzobispo castrense, ha fallecido este jueves como consecuencia de la COVID-19. El prelado no ha podido superar los daños provocados por el virus, que motivó su ingreso en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla justo hace una semana. «Los desvelos y profesionalidad del personal sanitario no han conseguido evitar el fallecimiento del prelado», explica el Arzobispado Castrense en una nota.
Con la pérdida de Del Río ya son dos los obispos españoles que han perdido la vida tras contraer el coronavirus. El primero fue Antonio Algora, obispo emérito de Ciudad Real, que falleció el pasado 15 de octubre.
La Iglesia en España se queda desde hoy sin uno de sus arzobispos, con 20 años de trayectoria episcopal desde que Juan Pablo II lo nombrara titular de Asidonia-Jerez en el año 2000. Un servicio que continuó en una sede tan particular como la castrense, a la que envió Benedicto XVI, donde puso en marcha Cáritas.
Su ministerio también estuvo muy vinculado a los medios de comunicación. Le interesaron desde que era sacerdote en Sevilla, donde se ocupó de la coordinación de la oficina de prensa de importantes eventos y fue delegado de los obispos andaluces ante la televisión autonómica. Como obispo fue presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la CEE en dos etapas diferentes. La última comenzó el pasado mes de marzo.
Fue, además, uno de los impulsores de la candidatura de san Juan de Ávila, patrón de los sacerdotes españoles, a doctor de la Iglesia. Él lo conocía bien, pues su tesis versó sobre el pensamiento reformador del santo montillano.
En la actualidad, además de en servir a los capellanes castrenses y a los militares, estaba empeñado en dar una respuesta integral a la situación generada por la COVID-19, para lo que creó la iniciativa El Granero de José, a través del que conseguir fondos para ayudar a los más vulnerables.
También estaba trabajando por la beatificación y canonización del padre Huidobro, cuya apertura de la causa fue uno de los últimos actos públicos en los que se le pudo ver, el pasado 8 de enero. Aquel día puso en valor la figura de Huidobro y su servicio como capellán en La Legión: «Entregó su vida a Dios y a España. Su memoria está viva. Su fama de santidad la he podido comprobar estos doce años como arzobispo castrense».
Reacciones a una triste noticia
Tras hacerse pública esta triste noticia se han sucedido las reacciones de autoridades civiles y religiosas y de instituciones. Por ejemplo, el cardenal Osoro ha manifestado su consternación por la pérdida de su «amigo». «Era un apasionado por el anuncio del Evangelio, con una sensibilidad especial para captar el momento que vivimos y un gran amor a España», ha añadido en la red social Twitter.
Desde el Ministerio de Defensa también han recordado la figura del arzobispo castrense con un cariñoso mensaje: «Una gran persona, llena de humanidad, inteligencia y generosidad, a la que toda la gran familia militar echaremos de menos».