«Los dominicos nos sentimos llamados a compartir el diálogo»
La pandemia ha reducido en toda la Orden de Predicadores las celebraciones inicialmente previstas para este Jubileo, aunque la organización estima que a partir del verano puedan intensificarse los eventos y encuentros.
De momento han sido dos las diócesis que han llevado la iniciativa, Osma-Soria y Palencia, especialmente vinculadas a la vida de santo Domingo de Guzmán. La primera inauguró su Año Dominicano el pasado mes de agosto con una Eucaristía que presidió el nuncio en España, Bernardito Auza, en la que defendió que «no habrá nueva evangelización si no tenemos nada que dar. No se volverá a encender la fe en los demás si no se vuelve a encender primero en nosotros mismos».
El pasado 6 de enero, el obispo de Palencia, Manuel Herrero, dio comienzo al Jubileo resaltando que santo Domingo vivió «contagiando la luz de Cristo a los demás», algo particularmente necesario «en medio de esta tiniebla consecuencia de la pandemia, de no poder vernos las caras, de estar distanciados unos de otros, del paro». En este contexto, el obispo palentino señaló que la predicación «no se hace solo de palabra, sino también con el ejemplo y el testimonio», animando a todos a tener «la misma sensibilidad» que santo Domingo, «estando abiertos a las necesidades de los otros».
En España, los dominicos están trabajando en una gran exposición sobre santo Domingo que acogerá el espacio O_Lumen en Madrid, a la que seguirán hacia el final del verano otras dos muestras en el municipio burgalés de Caleruega y en Burgos capital –en colaboración con la Fundación del VIII Centenario de la Catedral diocesana–, que permitirán acceder a un valioso patrimonio artístico relacionado con el santo. Asimismo, entre las acciones contempladas habría alguna exposición más, conciertos de música clásica, encuentros de poblaciones que tienen a santo Domingo como su patrón y de universidades dominicanas, y la creación de un itinerario cultural europeo con las localidades vinculadas al santo. Otro hito importante será la inauguración en la catedral de Burgos de una escultura de santo Domingo de Guzmán creada por el dominico Alfonso Salas y la celebración del capítulo provincial de la orden mendicante, con religiosos de España y de buena parte de América.
«Aquí y ahora, la vida y el ejemplo de santo Domingo nos siguen inspirando a compartir nuestra vida, nuestros bienes y nuestro amor con los demás», afirma Juan Carlos Cordero, secretario de la Provincia de Hispania y miembro de la comisión que organiza las actividades del Jubileo.
«En este año que nos han pasado tantas cosas, y en el que la gente se está haciendo tantas preguntas, los dominicos nos sentimos llamados a compartir no solo la fe, sino también el diálogo, la escucha, la acogida y la solicitud de unos por otros», añade.
Para Juan Carlos Cordero, se trata de «repartir el pan espiritual y el material, y de compartir las preguntas y dudas del ser humano para hacernos compañeros de camino para todos los que buscan el bien, la verdad y el amor, que en definitiva es Dios». «Esa es nuestra función como predicadores hoy: compartir camino con todos lo que estén abiertos a caminar, buscar y escuchar», concluye.
El icono del que parte este Año Jubilar Dominicano es la Mascarella, una tabla medieval sobre la que se pintó el primer retrato de santo Domingo, poco después de su canonización.
Se trata de una obra compuesta por varias piezas que se han reunido ahora con motivo del Jubileo por los 800 años de la muerte del santo. Desde el 25 de marzo hasta el 7 de octubre estará expuesta por primera vez al público en su totalidad, en la basílica de Santo Domingo, en la ciudad italiana de Bolonia. Formará parte de una muestra que lleva por nombre el lema de este año: En la mesa con Santo Domingo, y que incluirá obras en torno al tema de la mesa en el arte contemporáneo.