Los chóferes han dado buen juego en la historia del cine. Baste recordar algunos ejemplos, como Paseando a Miss Daisy (1989), Collateral (2004) o Green Book (2018). En este caso, la película es francesa y está escrita y dirigida por Grégory Magne. Nos cuenta la historia de Guillaume (Grégory Montel), un conductor privado que necesita mantener su trabajo para que le permitan acceder a la custodia compartida de su hija. Por ello le asignan un trabajo que ya han rechazado varios compañeros: ser el chófer de la señorita Walberg (Emmanuelle Devos). Esta extraña mujer tiene desarrollado un excelente sentido del olfato y ha trabajado para las grandes industrias del perfume, como creadora de aromas y fragancias. Pero es insociable, bastante egocéntrica y poco agradable en el trato. Guillaume no tiene más remedio que aceptar el encargo, pero su forma de ser no es la mejor para soportar las extralimitaciones de su clienta.
Perfumes es una emotiva historia de aceptación del otro y de uno mismo, que plantea la amistad en términos no meramente sentimentales, sino de reconocimiento y afirmación del otro. Un camino en el que las dificultades pueden ser ocasión de algo más grande. La protagonista solo es capaz de cambiar cuando alguien la mira sin estrategias ni censuras, cuando se siente tratada como persona y, por tanto, cuando se le pone delante la verdad. Por su parte, Guillaume descubre que el trabajo es algo que implica su humanidad, su dignidad, su conciencia personal, y por ello no puede conducirse como un mero autómata que no espera más que su salario. Pero también la cinta es un elogio de las relaciones paternofiliales, y de la lucha de un padre fracasado para poder estar ahí para su hija.
La gran Emmanuelle Devos encarna a la perfección ese personaje sin empatía, extrañado de sí mismo, que parece haberse desvinculado del mundo de los sentimientos. En un contrapunto dramático le da la réplica un Grégory Montel con una vis cómica que funciona a la perfección.
Grégory Magne
Francia
2020
Comedia
Todos los públicos