Hoy celebramos el día internacional de flamenco, que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el 16 de noviembre de 2010.
La cultura flamenca guarda una profunda relación con la religión y está presente en nuestra religiosidad popular. Por ello es una oportunidad que desde el área de Religión pueda abordarse el arte flamenco relacionándolo con muchos de los contenidos curriculares del área.
Con este post quiero dar solo unas pinceladas de como podemos abordar esta efeméride y que quizás os sirva como una pequeña orientación de cómo poder abordar el flamenco en nuestras clases de Religión.
Actualmente, el flamenco es un hecho diferencial andaluz reconocido y valorado en el mundo. En su totalidad, que se conforma no solo del baile, el cante y la guitarra, sino también de un lenguaje particular e incluso una ortografía propia, expresa una cosmovisión absolutamente original de los andaluces. Desde su misma gestación, a finales del XVIII y comienzos del XIX, se desenvuelve esta manera andaluza del arte que empieza a llamarse por su nombre actual en la década de 1.860, que es cuando comienza su codificación y auge de sus formas.
Solo hay que pararse a reflexionar sobre el tema, contextualizarlo en cualquiera de nuestras fiestas litúrgicas más cercanas, para encontrarle una finalidad educativa desde nuestro área de Religión.
El flamenco en el Adviento y la Navidad
El ciclo festivo navideño era mucho más extenso que ahora; casi ocupaba todo el invierno como tiempo en que la tierra permanece improductiva. Era una época con una gran presencia de ocasiones lúdicas y festivas. Gran parte de estos actos los ocupaba la música religiosa. Era costumbre muy arraigada, ya desde la dominación romana, la práctica en grandes zonas de Andalucía, de pedir por calles y casas en navidad, ayudándose de una gran variedad de cantos: villancicos, pastorales, cantos de mochileros y campanilleros, aguinaldos… Estos mismos grupos se encargaban de cantar en las misas navideñas: las llamadas Misas de gozo.
El Flamenco en la Cuaresma y la Semana Santa
La configuración cultural andaluza, con su especial trayectoria histórica, ha dado manifestaciones tan complejas, de tanta intensidad emotiva y sensual, como las celebraciones de Semana Santa. De estos elementos componentes de la Semana Santa, la música no es la principal, pero sí una de las más expresivas. La saeta destaca por ser un cante puramente religioso.
El Flamenco en las fiestas patronales
En otras estaciones del año, con motivo de fiestas patronales, romerías, procesiones… se interpretaban otra serie de cantos, también relacionados con la liturgia, que gozaban de gran aceptación popular posiblemente porque se producían en algún paraje natural o durante la madrugada, como es el caso de los cantos de la aurora.
Este esquema nos hace suponer que fueron cantos extendidos por toda la zona andaluza y lógicamente por toda la geografía española.
Como todos sabemos, existen, además, festividades que, aún no constituyendo periodos, en el sentido de que duran un sólo día, gozan de un notable arraigo, muchas veces porque provienen de una larga tradición y están enormemente extendidas por toda la geografía del ámbito cultural cristiano –o, si se quiere, occidental–; estas son muy numerosas: san Juan, san Bartolomé, las celebraciones de las distintas advocaciones a la Virgen, san Antonio Abad, san Pedro, san Martín y un largo etcétera; y, en general, todas ellas coinciden con algún hito natural anual. De la misma manera en todas ellas han sido tradicionalmente, y sigue siendo imprescindible la presencia de la música y el baile. Algunos cantes relacionados con estas celebraciones pueden ser la romeras, rocieras.
Así también, por ejemplo, hay algunos tipos de sevillanas que se relacionan directamente y adquirieron nombres directamente relacionados con la religión. Al respecto hay que comentar que las sevillanas, están consideradas como descendiente directo de la seguidilla castellana que también se practicó en la capital andaluza desde el siglo XVIII, inscrita dentro de los bailes de la escuela española de palillos, la escuela bolera.
Como casi todos los estilos musicales, con la práctica que hacen los artistas en teatros y cafés, van sufriendo una evolución aflamencando su estilo, hasta que en 1990 las sevillanas cobran nueva popularidad, resurgiendo la práctica del baile y adaptando la música a las nuevas corrientes.
Entre las variantes de sevillanas más populares destacan:
Las sevillanas boleras, ya que son las que se interpretaban antes de la eclosión de los estilos flamencos. Con pasos puramente boleros y de una técnica procedente de la Escuela Bolera, muy depurada.
Las sevillanas corraleras, que se bailaban en los patios vecinales, fáciles de reconocer por su estilo musical.
Las sevillanas bíblicas o litúgicas, cuya procedencia se atribuye a de Alosno en Huelva, con letras referentes al Antiguo Testamento, lo que nos induce a pensar en un origen judío de las mismas.
Por ejemplo: Noé Cuando el Diluvio (sevillanas bíblicas) de Rocío Jurado.
En este ejemplo de sevillanas bíblicas se hace un breve repaso a cuatro personajes del Antiguo Testamento: Noé, Moisés, Jacob y Abraham.
Las sevillanas de feria o rocieras, dedicadas a la Blanca Paloma (Virgen del Rocío), normalmente acompañadas por la gaita, la flauta y el tamboril.
Como recursos para trabajar el flamenco os dejo todo un elenco de cantes flamencos recogidos en el CD Desde lo hondo. Es un proyecto solidario de la diócesis de Málaga enmarcado en el pasado Año de la fe. Una invitación a la plegaria y con él se transmite la experiencia creyente de la Iglesia a través de un modo de expresión popular: el cante de la milonga, zambra, bulería, guajira, bambera, jaberas, soleá, petenera, sevillana, alegría, tango y rumba, entre otros palos. Los 15 temas del cd ofrecen un recorrido por toda la historia de la salvación en cinco actos titulados: «preparación», «plenitud del tiempo», «encuentro», «redención» y «esperanza». Cuando la oración, la fe y el flamenco se unen, el resultado es una emoción intensa que sobrecoge y nos hace encontrarnos en el sentimiento.