Objetivo: ser «la mano cariñosa de Dios»
La diócesis de Madrid celebra el Día de la Iglesia Diocesana consciente de las enormes dificultades sociales
«En las situaciones de crisis, las cruces nos aglutinan y son capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos». José Luis Segovia, vicario episcopal para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación de Madrid, se muestra «muy orgulloso de pertenecer a la Iglesia de Jesucristo que camina en Madrid», que desde la «pequeñez» ha «procurado estar cerca del sufrimiento de la gente». Porque «evangelizar al final es eso, dar buenas noticias de parte de Dios a quienes las reciben malas de parte de la precariedad, la enfermedad o la injusticia».
El vicario, que en este tiempo de pandemia ha estado en contacto con muchas realidades eclesiales, destaca el hecho de haber caminado juntos, cada uno con su identidad y su carisma, «pero sumando todos en la misma dirección». El objetivo, «visibilizarnos como la mano cariñosa de Dios que se acerca a las personas cuando lo están pasando mal», poniendo en práctica el «ser uno para que el mundo crea» del Evangelio. «Tú eres importante para mí» son palabras que se han repetido mucho en este tiempo y han permitido a la gente salir adelante, explica el vicario.
Sin embargo, la crisis no ha pasado y Segovia alerta de que lo peor está por llegar. «Probablemente el año que viene esto tenga una escalada más seria» por la prolongación de los ERTE, la precarización de los «colchones familiares» y del soporte de los abuelos –que salvaron a familias de la crisis hace una década– y porque no está funcionando el ingreso mínimo vital, con «tal complejidad burocrática» y tan alto nivel de incompatibilidades con otras rentas básicas que «hace que muchas personas se estén quedando a la intemperie».
Ante esto, el sacerdote es rotundo: «Lo que nos urge es la caridad de Cristo, y como enseña el Papa en Fratelli tutti no es mera filantropía, no somos socios, sino que nos sentimos hermanos de las personas que lo están pasando mal». Por eso se están trabajando ya varios frentes, entre ellos mejorar la coordinación y el contacto entre los recursos y las necesidades, minimizar la burocracia, generar sinergias con otras realidades también de fuera de la Iglesia y ofrecer la máxima colaboración con las administraciones públicas.
Menos ingresos
En este contexto se celebrará el Día de la Iglesia Diocesana este domingo, 8 de noviembre, con el lema Somos una gran familia contigo. Supone una invitación a la generosidad de los fieles con su tiempo, sus cualidades, su apoyo económico y su oración. Durante los meses más duros, estas variables se pusieron en juego de una forma «extraordinaria e inédita», reconoce el vicario. Gracias a ello, no se desatendió nunca el acompañamiento pastoral, espiritual y sacramental, y tampoco las necesidades materiales crecientes de los más vulnerables.
Ahora, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, constata en una carta publicada con motivo de este día que «hay parroquias que están pasando muchas dificultades económicas» por haber destinado mayores recursos a las Cáritas parroquiales y porque los cepillos, donativos e ingresos han bajado durante el confinamiento total de marzo, abril y mayo, y después, con la reducción de aforos. Las suscripciones periódicas a la parroquia, que tiene la misión de «hacer una comunidad de comunidades, evangelizadora y atenta a los pobres», son la mejor alternativa ya que permiten presupuestar mejor las necesidades.
De cara al futuro, surge una palabra: esperanza, que, como recuerda Segovia, «no bebe de indicadores económicos, sino de Dios». Y dos desafíos: «hacer transparente a Dios y estar a los pies de la cruz y de los crucificados», porque la crisis «nos recentra y nos vuelve los ojos hacia lo esencial», que son Dios y los pobres.
15.310 Bautizos
16.350 Primeras Comuniones
7.966 Confirmaciones
2.725 Matrimonios
1.706 sacerdotes
167 seminaristas
32 diáconos permanentes
5.614 religiosos y religiosas
401 monjas y monjes de clausura
7.194 catequistas
840 misioneros
511.952 personas atendidas en 769 centros asistenciales y de caridad
48,4 millones de euros de aportaciones voluntarias de los fieles
18,7 millones de euros procedentes de la asignación tributaria
44 millones de euros destinados a acciones pastorales y asistenciales
29,2 millones de euros para retribuciones de sacerdotes, religiosas y seglares
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