Una monja cubana de 30 años, primera mujer al frente del área de Salud de la diócesis de Vitoria
Daniuska Rodríguez pide «una nueva forma de estar junto al enfermo», basada en «la cercanía, el acompañamiento y la escucha»
Daniuska Rodríguez, monja cubana de 30 años y médico de profesión, dirigirá a partir de ahora el área de Salud de la diócesis de Vitoria. La nueva responsable es religiosa de las Hijas de la Caridad del Cardenal Sancha y se trata de la primera mujer que ocupará este cargo.
Ante su nombramiento, la religiosa habla de «un doble reto». En primer lugar, el de su reciente llegada a la diócesis «hace tan solo nueve meses y pocas semanas antes de que comenzara la pandemia», asegura Rodríguez en conversación con Alfa y Omega. El segundo desafío es el de ser la primera mujer en el puesto. «Intentaré dar lo mejor de mí, uniendo mi condición de religiosa consagrada y de médico, y trataré de estar atenta a lo que el Espíritu vaya soplando en esta situación tan difícil».
Sin embargo, la monja sanchina considera que si bien una mujer puede aportar algo más de sensibilidad, «no influye tanto el hecho de ser hombre o mujer. Todos podemos aportar cercanía, amor, acompañamiento, escucha…».
Experiencia COVID-19
Las Hijas de la Caridad del Cardenal Sancha desembarcaron en Vitoria el 13 de enero. Desde aquel día, Daniuska Rodríguez comenzó su colaboración con el área de Salud de la diócesis. Pero con la llegada del confinamiento, la religiosa hubo de trasladar su ayuda al ámbito telefónico. «Tuve la oportunidad de acompañar a algunas personas a través del teléfono. La mayoría de las veces no tenían ganas de hablar de su enfermedad, o de cómo se sentían físicamente, sino de cómo se sentían en su interior. Primaba la soledad y era un alivio poder hablar con alguien de cualquier tema», explica la nueva responsable.
La religiosa comprendía bien cómo se sentían los enfermos porque ella misma se contagió con la COVID-19 y tuvo que permanecer aislada. «Mi caso no fue grave, no requirió de ingreso hospitalario, pero pude sentir en carne propia la soledad, el hecho de ponerme en sintonía con mis propios límites, y eso me ha ayudado a identificarme con quien se encontraba al otro lado de la línea», confiesa.
Líneas de actuación
Una vez superada la enfermedad, y concluido el confinamiento, la religiosa empezó a perfilar las nuevas líneas de actuación de la delegación, que contemplan una parte de anuncio, otra de celebración y una última de acción.
Rodríguez entiende la parte de anuncio «como una nueva forma de estar junto al enfermo», que se basa en «la cercanía, el acompañamiento, la escucha activa y que está marcado por los gestos», asegura. «Se trata de anunciar la buena noticia de Dios pero no solo con las palabras sino con el testimonio y la forma de ser para trasmitir a ese Jesús compasivo y misericordioso».
Respecto a la celebración, la religiosa pide «disponibilidad para ofrecer los sacramentos a quienes los piden» y «para la parte de acción», que es todo «el resto de acciones que podamos hacer a nivel de Pastoral en las parroquias», subraya la palabra «caridad».
Formación y redes sociales
A la luz de estos principios generales, la nueva responsable del área de Salud quiere poner el foco, en primer lugar, en la «formación de los agentes de la Pastoral» porque «no podemos ayudar si no estamos formados. No basta una palabra de optimismo, tenemos que saber qué vamos a hacer y qué vamos a decir», subraya.
Y junto con la formación, la actualización. Precisamente, este martes el nuevo equipo de Salud presentará la renovación de su web y logo, así como los nuevos perfiles en redes sociales. «La idea es poder llegar a cada persona, que sepan que Pastoral de la Salud los apoya y los acompaña, bien sea de forma presencial y, si no se puede, pues de forma telemática», concluye.
Impulso del obispo
Con la llegada de la COVID-19, y el consiguiente aumento de la demanda de los servicios ofrecidos por la delegación de Pastoral de la Salud, el obispo de Vitoria, monseñor Juan Carlos Elizalde, «ha considerado como prioritario un impulso en esta área».
De esta forma, bajo la guía de Rodríguez, la delegación se encargará «del acompañamiento durante la enfermedad a personas de cualquier edad, ante la soledad en la etapa de la vejez y también en el momento de la muerte. Además tiene como tarea la asistencia espiritual en hospitales públicos y privados, en domicilios particulares así como en residencias de mayores y de personas con discapacidad en todo el territorio», apuntan desde la diócesis.