Alvira se despide de Escuelas Católicas: «La educación debería estar libre de enfrentamientos políticos e ideológicos»
El religioso marianista concluye este lunes su servicio en la secretaría general de Escuelas Católicas tras ocho años. En entrevista con Alfa y Omega hace balance de un periodo en el que se aprobó una ley educativa y ya hay otra en marcha
Los ocho años en los que José María Alvira ha ocupado la secretaría general de Escuelas Católicas (2012-2020) no han sido fáciles, aunque él dice que el campo de la educación nunca lo es. Tuvo que lidiar con una nueva ley educativa —la LOMCE—, también con la reforma que el Gobierno de Sánchez quiere hacer ahora —la LOMLOE— y en los últimos tiempos con una pandemia que han puesto patas arriba el modelo educativo. Hombre afable y dialogante, le queda la tristeza de que el pacto educativo no haya sido posible.
¿Qué balance hace de estos años?
Han sido años intensos desde el punto de vista personal. No han sido fáciles, pero nunca lo son en el ámbito educativo. He contado con buenos colaboradores y hemos sido fieles a los principios de nuestra organización en la defensa de la escuela concertada católica y en el apoyo a las entidades titulares. Desde el punto de vista externo, como he dicho, no han sido tiempos fáciles. Da la sensación de que la presencia de la escuela concertada y católica no está clara para toda la sociedad y eso exige estar en la brecha permanentemente. En relación con nuestros centros y entidades titulares ha habido buena sintonía, cercanía y un buen espíritu de unidad.
¿Qué destacaría entre lo positivo?
Creo que ha ido calando en la sociedad, y algo ha tenido que ver en ello Escuelas Católicas, la necesidad de contar con una red concertada complementaria a la pública. También que la escuela católica ha sabido ponerse al día y afrontar los retos del momento con solvencia, calidad y coherencia con sus principios.
¿Y entre lo negativo?
Hay otra parte de la sociedad que no ve con buenos ojos que haya otras redes con sus propios proyectos, en nuestro caso, inspirados por la fe católica.
¿Y el ansiado pacto educativo? En estos años se aprobó la LOMCE y ahora vamos camino de una nueva ley…
A la LOMCE se la acusaba de ser la ley de la concertada y la privada y no es cierto. La defensa de la escuela pública no puede ser un ataque a la concertada. Cambiar de nuevo la legislación sin consenso vuelve a azuzar las oposiciones y el enfrentamiento cuando lo que necesita la enseñanza es estabilidad y consenso. No solo no se ha avanzado en el camino hacia un pacto educativo, sino todo lo contrario, se ha retrocedido.
¿Cree que tiene futuro la nueva ley teniendo en cuenta la situación actual?
El miércoles concluye un nuevo plazo de enmiendas en el Congreso de los Diputados. No sé si se volverá a prorrogar. Yo creo que habría que dilatar ese plazo al máximo para abordar la ley cuando haya más calma y serenidad. La sociedad española y la educación están más pendientes de otras cosas más urgentes en estos momentos. El campo educativo debería estar libre de enfrentamientos políticos e ideológicos.
¿Está la escuela católica bien preparada para hacer frente a los retos que plantea el COVID-19?
Por lo que yo sé, sí. Se ha hecho un gran esfuerzo. Creemos que las medidas acordadas son razonables y nos parece bien que haya una vuelta presencial. Los niños y los jóvenes lo necesitan.
¿Se ha resuelto la cuestión de los fondos extraordinarios? ¿Han llegado ya?
Todavía no han llegado. Estamos a expensas de lo que hagan las Comunidades Autónomas. Algunas ya han dicho que van a incluir a la concertada en el reparto, otras no. Esperemos que cunda el sentido común y esos fondos se repartan de manera equitativa.
Entonces son las entidades titulares de los centros las que están afrontando todos los gastos que han surgido, ¿no?
De momento, sí. Gastos que tienen que ver con la compra de material de higiene y sanitario, pero también con la adaptación de espacios y el incremento del profesorado. Todo esto supone un esfuerzo considerable.
¿Qué mensaje daría a su sucesor, el trinitario Pedro José Huerta?
Uno de tranquilidad. Cuenta con buenos equipos, tanto en la sede nacional como en las autonómicas, y también con el apoyo de las entidades titulares. Los tiempos no son fáciles, pero nunca lo han sido.