Mascarillas en las que refugiARTE - Alfa y Omega

Mascarillas en las que refugiARTE

Amneh, Zoralla, Rama y Rachida, todas refugiadas sirias, donaron este viernes 400 mascarillas elaboradas con sus propias manos a las personas sin hogar atendidas por Mensajeros de la Paz

José Calderero de Aldecoa
Rachida Kamal (al lado del micrófono) junto a Amneh, Zoralla y Rama durante el acto de entrega de las mascarillas
Rachida Kamal (al lado del micrófono) junto a Amneh, Zoralla y Rama durante el acto de entrega de las mascarillas. Foto: José Calderero de Aldecoa.

Rachida Kamal es de Kobane, aquella ciudad siria tomada en parte por Daesh en 2014 y en cuyas calles se libró una cruenta batalla por su control entre los terroristas y las fuerzas kurdas apoyadas por una coalición internacional. En aquel entonces, esta profesora de Francés con diploma en gestión de stock y comercio internacional tenía tres hijos –ahora tiene cuatro, después de dar a luz hace 40 días–, pero nada con lo que alimentarlos y ningún lugar en el que refugiarse de las bombas. Tuvieron que huir y «fue horrible. Los muertos se amontonaban en la calle», rememora para Alfa y Omega.

Llegó a España hace tres años y solicitó asilo político, pero de momento no ha obtenido una respuesta por parte de la administración. Sí respondieron a su llamada de auxilio desde Urda Spain, una ONG que trabaja para proporcionar condiciones y oportunidades de vida digna a los colectivos en situación de especial vulnerabilidad. «Desarrollamos programas de empoderamiento laboral y emocional para favorecer la integración social de colectivos como el de los refugiados o los migrantes», explica Pablo Cerezal, portavoz de la organización.

El último que han puesto en marcha inició su andadura al comienzo de la pandemia: mascarillas refugiARTE, con el que Amneh, Zoralla, Rama y la propia Rachida elaboran mascarillas artesanales para procurarse un sustento económico. «Ellas mismas las cosen y nosotros las vendemos [se pueden adquirir en la web: urdaspain.org]. Ellas reciben una retribución por su trabajo y por cada mascarilla que vendemos nosotros donamos también una a un colectivo de niños vulnerables», asegura Cerezal.

«Es nuestra forma de dar gracias»

Pero los más pequeños no son los únicos que se han beneficiado del trabajo manual de estas cuatro refugiadas sirias. También lo hicieron este viernes las personas sin hogar atendidas por Mensajeros de la Paz.

Con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas, Amneh, Zoralla, Rama y Rachida acudieron al restaurante Robin Hood para regalar una mascarilla a cada uno de los beneficiarios del programa de cenas habilitado por la organización del padre Ángel. «Hoy hemos querido colaborar donando estas mascarillas para proteger a otras personas que también son vulnerables, las personas sin hogar. Es, además, nuestra forma de dar las gracias a los españoles por su acogida y por toda la ayuda que nos están dando», señaló Rachida durante el acto de entrega.

En un momento en el que la cifra de desplazados forzosos es la más alta de la historia, con 79,5 millones de casos en 2019 según la Agencia de la ONU para los Refugiados –un 12 % más que el año anterior y la más alta jamás registrada por ACNUR–, «queríamos celebrar el día de los refugiados de una forma especial». Por eso, «se nos ocurrió incidir no tanto en la ayuda que necesitan los refugiados, que es mucha, sino en todo lo contrario: cómo ellas, un grupo de refugiadas sirias que han tenido que huir de la guerra, están ayudando a otras personas que también lo necesitan», concluye Pablo Cerezal.