Osoro: «La Vida, con mayúscula, será siempre más fuerte que todo lo que nos amenaza»
El cardenal arzobispo de Madrid presidió la Eucaristía en la solemnidad de la Ascensión en la catedral de la Almudena, la primera Misa dominical con fieles en este templo tras más de dos meses de confinamiento
«La Ascensión significa que todos los anhelos de la vida —justicia, paz, liberación, felicidad— que llevamos dentro de nosotros, son posibles con el Resucitado. Si esto es verdad, ¿cómo no lo vamos a anunciar? ¿Cómo vamos a dejar a nuestros hijos sin darles la noticia de este amor?». Así lo ha subrayado el cardenal Osoro en la solemnidad de la Ascensión, este 24 de mayo, en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.
En la primera Eucaristía dominical con fieles tras más de dos meses de confinamiento, el arzobispo de Madrid ha explicado que «el Resucitado es la plena realización el ser humano» y, tras insistir en que la Ascensión es «una fiesta de esperanza», ha invitado a volver «el corazón a Jesús Resucitado» porque «sin Dios nuestras vidas están vacías de sentido».
«Hemos crecido en bienestar, pero también en marginación y en soledad»
El purpurado ha asegurado que afrontamos una «crisis de esperanza» porque la historia se ha cargado «el mito del progreso», «se han caído ídolos y seguirán cayendo muchos más», y ha lamentado que «hemos crecido en bienestar, pero también en marginación y en soledad». «Hemos hecho la vida más larga, pero ¿está más llena o más vacía?», se ha preguntado. «¿Dónde encontrar el sentido para seguir trabajando por un mundo más justo y más solidario? ¿Cómo recuperar la esperanza de la que estamos necesitados?».
En este sentido, ha abundado en que «el horizonte de la vida está en Dios, la profundidad de la vida está en Dios, en este Dios que se ha revelado en Jesucristo, en este Dios que no nos da adjetivos sino sustantivos: eres hijo y eres hermano». «La Vida, con mayúscula, será siempre más fuerte que todo lo que nos amenaza», ha aseverado.
En la Eucaristía han concelebrado los obispos auxiliares monseñor José Cobo, monseñor Santos Montoya y monseñor Jesús Vidal y el director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), José María Calderón, y se han tenido muy presentes a los 593 misioneros diocesanos, a los comunicadores y a los salesianos —que recuerdan a María Auxiliadora—.