Toño Casado: «Para mí, 33 El Musical ha sido y es un auténtico calvario» - Alfa y Omega

Toño Casado: «Para mí, 33 El Musical ha sido y es un auténtico calvario»

El sacerdote y creador del musical ofrece su versión sobre el conflicto que mantiene con los productores de la obra

Redacción
Foto: Musical 33.

«Tras permanecer mucho tiempo en un doloroso silencio», el sacerdote Toño Casado, creador de 33 El Musical, ha publicado un extenso comunicado en el que ofrece su versión sobre el conflicto que mantiene con los productores de la obra.

Para Casado, «33 no es solo un musical. Es mi legado espiritual. Es el mensaje que Dios me inspiró para hacérselo llegar a los demás. Es mi manera de entender el Evangelio, las palabras que predico y que canto, que incluso llevo grabadas en mi anillo. Lo escribí de un tirón, viendo en mi cabeza las escenas que más tarde dibujé y que se hicieron realidad bajo mi dirección hasta en el más mínimo detalle».

Sin embargo, «inmerso en la vorágine del trabajo creativo de un musical de gran formato, desbordado por la ilusión de mostrar mi obra al mundo, inocente de mí, no era consciente del infierno en el que estaba cayendo», apunta el sacerdote. «Desgraciadamente, creyéndome asesorado por estos empresarios (mis socios en la productora White Kite Producciones) y sus abogados, he firmado documentos, muchos de ellos incomprensibles para mí, que me perjudicaron terriblemente como autor, como sacerdote y como persona», reconoce Casado.

Así, lo que había sido concebido como una «herramienta de Evangelización», «ha sido y es para mí un auténtico calvario», se lee en el comunicado. «Padecí una grave depresión. Sentí que había perdido mi alma. Perdí mi inspiración, mi creatividad, mi alegría y, lo peor, mis ganas de vivir. Gracias a Dios, a mi familia, a mi parroquia y a mis amigos pude salir adelante».

Según la versión de Casado, «mis socios me indicaron que la mejor forma de explotar la obra era creando una productora en la que podría participar, White Kite Producciones, y yo confié en ellos» con «el convencimiento de que mi aportación a la productora consistía en permitir la explotación de 33 El Musical de forma que no se me abonaran inicialmente los derechos económicos que me correspondían para que, de esa manera, el proyecto pudiera salir adelante y fuera viable». Pero «nunca pensé que por consentir que se explotase mi obra, pudiese acabar perdiéndola para siempre».

En la actualidad, «únicamente soy socio minoritario de una sociedad, White Kite Producciones. Supuestamente dicha sociedad posee todos los derechos de mi obra, incluidos los derechos de autor, para siempre y para todo el mundo, incluso el derecho de transformarla según sus criterios. Y digo supuestamente porque, según me dijeron mis socios para que mis derechos sobre 33 El Musical estuvieran más protegidos, los derechos de explotación de mi obra los tiene ahora otra sociedad, THIRTY THREE MUSICALS, creada por mis socios y de la que yo ni siquiera formo parte…».

Al final del comunicado, Toño Casado asegura que, «en pocos meses, pasé de creerme productor y dueño de mi musical en mis pensamientos a empleado en una productora ajena, sin capacidad de decisión y sin reconocimiento ni respeto como autor». Por ello, el sacerdote ha querido desmarcarse de las últimas «iniciativas publicitarias» que se han llevado en relación con el musical y asegura que su decisión es «defender mi obra» con la ayuda de Dios, «que es el que me inspiró 33 El Musical» y quien «encontrará el camino para que esta historia de luz se extienda por el mundo con el espíritu con la que la creé».